https://twitter.com/giraldo_informa
En el contexto de las polémicas suscitadas por la remoción de la estatua de Colón en Reforma, había tres principales posturas; había quienes abogaron por restituirla en su lugar una vez concluidas las labores de restauración, pues la consideran parte del patrimonio cultural; otros propusieron colocarla en un lugar más discreto como un museo y quienes mantuvieron la propuesta que finalmente prosperó que consistió en ubicarla en algún parque de la colonia Polanco. Hubo también quienes llamaron a convertir la estatua en calderilla y repartirla entre los ciudadanos de la Ciudad de México.
Aurelia Valero Pie, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó que cada una de las posturas expresadas en torno al retiro del monumento a Cristóbal Colón del Paseo de la Reforma expresan una distinta relación con el tiempo y siempre se consensan y aparecen de manera paradigmática en polémicas como la suscitada por la estatua llegada a México de París desde 1877.
La académica expuso cómo desde hace varias décadas se habla de una crisis de la disciplina histórica y de su relevancia o irrelevancia; sin embargo, ésta se contrasta con expresiones del pasado no necesariamente en términos de memoria, sino como una preeminencia del pasado en el presente y en la arena pública.
Explicó que esto no significa que haya un desinterés por el pasado, sino que las herramientas propias que se han desarrollado en esta disciplina histórica parecen haber perdido pertinencia e incluso autores de libros muy recientes se preguntan qué necesita hacer la historia para mantener cierta utilidad y pertinencia en términos de “cómo nos orientamos en el presente” o como conocimiento de interés en el presente.
Durante los últimos 20 o 30 años hay una vigencia o renacimiento de la Filosofía de la Historia y esto “yo lo relaciono con la necesidad de seguir pensado el pasado desde horizontes distintos al de la disciplina histórica. Pareciera que desde la disciplina sí podemos pensar este tipo de fenómenos como los que refieren los agravios del ayer o las protestas en torno a los monumentos”.
El monumento a Colón interesa en ese sentido porque es el tipo de objetos en el espacio público “buenos para pensar”, ya que en ellos se traducen distintas experiencias del tiempo que se hacen visibles en debates como el surgido a partir de su posible retiro y porque permite asistir a discursos en torno al pasado, articulados y vertebrados desde comprensiones distintas.
En ese caso la autodenominada sociedad civil se movilizó e hizo un llamado a las autoridades a conservar el patrimonio, nunca se planteó la idea de derribar la estatua, sino de preservarla para generaciones venideras. El hecho es interesante porque no es su asociación con el régimen colonial lo que va a promover que ciertos objetos sean o no, sino su pertenencia a una memoria cultural.
Cada una de estas posturas expresa una relación distinta con el tiempo; una estaría ligara al “tiempo de conservar” y que refiere al concepto de patrimonio heredado y que en su sentido contemporáneo es el conjunto de bienes administrados por el Estado y cuyo valor es que pueda ser transmitido a las siguientes generaciones.
FOTO:internet