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Especialistas de la Universidad Autónoma de México (UAM), investigan sobre la producción acelerada de la molécula Beauvericina (BEA), proveniente de algunos hongos que infectan plantas e insectos, en particular el Fusarium oxysporum, que podría disminuir costos de terapias contra el cáncer y otros padecimientos.
La meta es obtener un fármaco basado en ese compuesto para tratar también infecciones, explica José Norberto Vásquez Bonilla, alumno del Doctorado en Biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Descubierta en 1969, se le han atribuido actividades biológicas como insecticida, antibiótico, antimicótico, antiviral y, más recientemente, como agente antitumoral, por lo que se llevan a cabo diversos estudios, entre ellos el del maestro Vásquez Bonilla, enfocado en la acción antitumoral y la generación rápida del compuesto.
El propósito es la obtención a futuro de un fármaco basado en BEA para tratar infecciones bacterianas, virales y distintos tipos de cáncer, e incluso podría utilizarse en conjunto con los medicamentos habituales para potenciar su efecto o reducir las secuelas que éstos provocan.
La Beauvericina suele hallarse en algunos hongos que se encuentran en la naturaleza infectando insectos y plantas y, aunque posee diferentes actividades biológicas, el interés está centrado en su capacidad anticancerígena, cobrando auge en relación con el cáncer desde el año 2000; a partir de entonces se han practicado experimentos, entre los cuales algunos que propician el crecimiento de las células cancerosas para observar la toxicidad del compuesto en éstas.
La primera parte del proceso consiste en aumentar la producción del compuesto, probarlo en células cancerígenas y luego comparar sus efectos, individual y en conjunto con otros fármacos, con la finalidad de proponer terapias innovadoras contra el padecimiento. Esto es relevante, pues son conocidos los estragos secundarios de quimio y radioterapias, en especial la pérdida de cabello y de defensas, así como los dolores estomacales.
La combinación de BEA con otros medicamentos ayudaría a aminorar la cantidad de quimioterapias y, en consecuencia, las reacciones adversas; además serían más económicas, menos agresivas y el consumo menor de fármacos llevaría a una rápida recuperación del paciente, explicó.
Vásquez Bonilla indicó que hasta el momento hay sólo dos proyectos en el mundo que han llegado a etapas en las que BEA haya sido probada con tumores en ratas, pero esta labor científica es todavía amplia y faltan muchos años para seguir indagando esta molécula, hacer análisis en otros animales y, en el futuro, obtener un nuevo medicamento contra el cáncer.
FOTO:gaceta