Hace 17 años el joven HH Ugo Alberto Wallace fue secuestrado, torturado y su cuerpo desmembrado por una banda de secuestradores que, al paso del tiempo, y con el coraje y decisión de de su madre, Isabel Miranda d Wallace fueron detenidos y algunos ya fueron sentenciados y otros no.
A 17 años de los hechos esto es lo que le escribió su madre: Hijo hoy cumplirías 53 años, dicen que el tiempo cura todo, pero a la pérdida de un hijo esto no es aplicable, es todo lo contrario, cada vez duele más la ausencia, la falta de contacto, no poder abrazarte, besarte, platicar, reírnos, el festejar tu cumpleaños, tu bella sonrisa, todo eso lo extraño tanto. No me resigno a tu pérdida, no encuentro la forma de apagar este dolor que me consume día a día.
Y menos aún:
· Cuando vemos desmoronarse las instituciones de procuración y administración de justicia.
· Cuando la narrativa pretende cambiar la realidad.
· Cuando hay tanta corrupción y colusión entre delincuentes y autoridades.
· Cuando se sustituye la ley por la política o el dinero
· Cuando pretenden ignorar a las víctimas y no castigan a quien mata, secuestra, mutila, tortura.
· Cuando las leyes y las reglas son interpretadas según la conveniencia de quienes las aplican.
· Cuando se pierde el sentido de la justicia y se van a tecnicismos y probar si es culpable o inocente.
· Cuando se pretende juzgar a las víctimas en lugar de los victimarios.
· Cuando hay tanta impunidad.
Mientras tenga vida, continuaré luchando para que los delincuentes que te secuestraron y privaron de la vida, paguen con cárcel lo que te hicieron, me duele que los delincuentes continúan comiendo, abrazando a sus madres y seres queridos.
Hago un llamado a los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a que resuelvan conforme a las constancias que obran en el expediente. Los secuestradores y el Instituto de la Defensoría Pública Federal, han incurrido en falsedades e irregularidades, si realmente estudian el caso, el resultado será confirmar las sentencias de los secuestradores de mi hijo, apelo a su profesionalismo, ética y convicción de justicia.
María Isabel Miranda Torres