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Además de que será el evento deportivo más visto en la historia de todo el planeta, el Mundial de futbol de Catar 2022 también puede representar una ventana de oportunidad para visibilizar problemáticas sociales de gran preocupación internacional como la migración, el racismo, la discriminación y la xenofobia contra la diversidad sexual, aseguró José Luis Gázquez Iglesias, investigador del Programa de Estudios sobre Asia y África, y profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
El especialista comentó que hay temas de gran relevancia e interés social que inevitablemente están saliendo a la luz pública durante la celebración del Mundial, y si el país organizador no pone en marcha mecanismos de censura, el mundo podrá conocer con mayor profundidad y reflexionar sobre fenómenos tan graves como la migración, la pobreza y las desigualdades que contrastan con la opulencia y el derroche de recursos que se muestran en este tipo de eventos.
“Los temas más graves de todos son la migración y la pobreza. Catar tiene una población de tres millones de habitantes, de los cuales sólo 250 mil son cataríes y dos millones 275 mil son migrantes, que en su mayoría viven en condiciones infrahumanas, son explotados en sus trabajos, no cuentan con muchos derechos laborales, ni tienen acceso a la movilidad; incluso hay investigaciones que documentaron la explotación de mano de obra migrante durante la construcción de los estadios de futbol y además se registró una cifra elevada de personas que perdieron la vida como consecuencia de las condiciones de abuso a las que fueron sometidas”.
El maltrato a los trabajadores migrantes en Catar, añadió, no se limita a este periodo de construcción de los estadios, pues se trata de un grave problema que se mantiene desde hace varias décadas y que se puede analizar desde la forma misma en que se han constituido esas poderosas monarquías en el Golfo Pérsico, acompañadas de majestuosos desarrollos urbanos, que han sido posibles gracias a esta mano de obra, pues los empleados son sometidos a trabajos forzados, muy mal pagados y con prácticamente nulos derechos laborales.
Destacó que otros temas que han encendido las alertas previo al inicio del Mundial, son la discriminación y la xenofobia en contra de la diversidad sexual, sobre todo después de que el Gobierno de Catar confirmó que estarán prohibidas todo tipo de demostraciones afectivas entre personas del mismo sexo, así como las manifestaciones ostentosas de símbolos y emblemas relacionados con la comunidad LGBTTTIQ+, como son las coloridas banderas del arcoíris, las cuales definitivamente no se podrán mostrar durante la celebración de los partidos, lo que ha generado un descontento generalizado entre los aficionados.
La FIFA debe ser más congruente en su discurso contra la discriminación.
Cabe recordar que ya varias selecciones de Europa, entre ellas Inglaterra, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Noruega, Suecia, Gales y Suiza han acordado, aun sin la autorización de la FIFA, que en los gafetes de capitanes portarán la bandera arcoíris con la leyenda OneLove, en señal de protesta por la intolerancia y la discriminación que han mostrado las autoridades de la nación anfitriona.