El movimiento de 7.8 grados de magnitud sucedió a 17.9 kilómetros de profundidad.El reloj marcaba las 4:17 de la madrugada del 6 de febrero cuando un temblor de 7.8 grados de magnitud sacudió Turquía. El movimiento se dio a 17.9 km de profundidad y afectó principalmente la zona sureste del país que comparte frontera con Siria.
Hasta el 13 de febrero, se calcula que más de 35 mil personas perdieron la vida y las cifras de heridos superan los 85 mil en la nación dirigida por Recep Tayyip Erdogan. La ONU estima que en Siria los decesos rondan los 4,300, aunque los conteos se han complicado por la guerra civil que se vive desde 2011 en aquella nación.
Ante la espectacularidad de los daños y el número de víctimas, algunos han considerado al terremoto como atípico. Sin embargo, para Gerardo Suárez Reynoso –investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM–, ésta es una apreciación errónea: “no compro la idea de que fue un temblor tan anómalo”, afirmó.
El especialista del Departamento de Sismología comentó que “muchas veces la gente piensa que en Europa no hay temblores, que los grandes sismos están en México, Perú, Chile, Japón o China. Es cierto que los más frecuentes están en esos lugares, pero Turquía es un sitio de alta actividad sísmica. Si vemos la forma que tiene el país en un mapa es como un rectángulo, en su perímetro norte y en el perímetro sur tiene dos grandes fallas: la falla de Anatolia del Norte y la falla de Anatolia del Este”.
Los daños, de acuerdo con el investigador del Instituto de Geofísica, tuvieron como principales razones las siguientes:
“Ocurrió por debajo de grandes ciudades y por eso las ondas sísmicas llegaron con mucha energía a la zona.”“Lo más delicado es la calidad de las edificaciones. Turquía tiene un código de construcción, pero ciertamente los edificios no fueron construidos bajo este reglamento o no cumplieron con él, a pesar de haber sido hechos después de su publicación –a finales de los años 90–, por eso los daños tan desoladores.”“Parece una cosa menor, pero es importante la hora del temblor. Sucedió cuando la gente estaba en sus casas, muy temprano en la mañana, estoy convencido que si hubiera sido un poco más tarde la cantidad de fallecidos hubiese sido menor.”
“Ambas acomodan el movimiento que tiene Turquía –el rectángulo– hacia el oeste, porque la placa arábiga y la placa de África se mueven hacia el norte con respecto a Eurasia, que es donde está Turquía, y como si fuera una pinza la mueven en una dirección”, añadió.
Suárez Reynoso explicó que para entender mejor la manera en que ambas placas tectónicas se movieron se podría pensar en una pequeña semilla atrapada entre el índice y el pulgar, al ser apretada por ambos sale disparada. Ambas placas se mueven de manera similar sobre el territorio turco.