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El amor es un sentimiento que en la historia de la vida “se va construyendo y deconstruyendo, da energía, euforia y apasiona, aunque hay relaciones tóxicas y expresiones machistas que se tienen que ir desarmando”, coincidieron expertas durante la mesa Las caras del amor: expectativas, prejuicios y percepciones, organizada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La doctora Adriana Margarita Morales Otal, investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Casa abierta al tiempo, destacó la importancia de cambiar la forma de enseñar a amar, “sobre todo cuando llegamos a enamorarnos y esa chispa de dopamina en nuestro cerebro, esa noradrenalina, hace que nuestro corazón palpite, nos suden las palmas de las manos, nos den taquicardias y sintamos mariposas en el estómago”.
Cuando el amor se siente en el cerebro “se echan a andar una serie de sustancias químicas como la serotonina que hace que estemos más alegres, obsesionados con la persona; la vasopresina y una generación de oxitosinas que nos hacen de alguna manera ser fieles, aunque hay diferentes manifestaciones: a la familia, a la mascota o a la pareja, donde el componente principal es el deseo”.
Al enamorarse también debe existir el compromiso “de qué tanto queremos poner de nuestra parte, aunque no se procese porque se echa a andar una serie de eventos químicos que no permiten comprender algunas cosas, pues la pasión entra por la nariz a través del órgano vomeronasal”.
La profesora del Área de Neurociencias del Departamento de Biología de la Reproducción rechazó ciertos refranes públicos como del odio al amor sólo hay un paso, “dado que si duele no es afecto, es violencia y si está acompañada de control, etiquetas y falta de respeto entramos en un tema de codependencia”.
Además, se ha reportado científicamente que la amígdala cerebral madura alrededor de los 25 años “y en estos tiempos los jóvenes se basan, en muchos de los casos, en enviar un hola y un emoticon de corazón y resulta que eso es amor, podrá ser un enamoramiento de unos meses y en caso de consolidarse tardará tres años para después empezar a construir”.
Vianney García Limón, estudiante de Psicología Social en la citada sede académica, consideró que el concepto de amor va a cambiar con el paso del tiempo, como se empieza a observar hoy con los mensajes del chat que sólo dicen te amo, acompañado de un emoticon.
“Se han ido perdiendo los detalles de seducir a la pareja, se llega al punto de decir se acabó el amor cuando lo cierto es que debería de ponerse esfuerzo e intención a la unión para avanzar y consolidarla, aunque pretextos siempre habrán, además de que tiene que haber más apertura para evitar la discriminación y exclusión a otras formas de amar”, añadió.
La doctora Paola Bonavitta, académica de la Universidad de Córdoba, Argentina, refirió que hay claves dentro de los estudios feministas, como el de Marcela Lagarde con sus Claves Feministas para el Amor, “que dan un montón de pautas para pensarnos en los vínculos y hay muchas teóricas que en los últimos años nos han estado planteando otras maneras de estar juntos”.