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Las Mojigangas, en su origen, fueron una farsa representada con máscaras y disfraces típicos en las fiestas públicas de raíz carnavalesca. Adquirió rango de género dramático menor del Siglo de Oro español. En los corrales de comedias, las mojigangas eran desfiles de actores que bailaban disfrazados al son de una música estrepitosa. Así se ponía fin al espectáculo.
En nuestro país, esta representación se lleva a cabo en los principales carnavales, como el de Mazatlán, Oaxaca, Veracruz y Acapulco; zonas costeras y de mayor turismo internacional.
Pero, ¿alguna vez has visto una Mojiganga en la ciudad o la periferia?
¡Claro que sí¡ y esto fue posible gracias a la visión de Maritza, la Directora de la Escuela Primaria “Revolución”, ubicada en calle Dalia, en la Colonia Loma Linda, municipio de Naucalpan de Juárez, quien con una gran visión, comenzó un carnaval que a la postre podría convertirse en una tradición. El carnaval lo llevo a cabo con la participación de maestras, maestros, alumnos y padres de familia.
Pero además, atinadamente, logro que un artesano naucalpense le hiciera dos mojigangas, una Sirena y un Pescador, de más de dos metros y medio de alto. Figuras que desfilaron por las calles del municipio y levantaron la admiración de los vecinos, quienes rememoraron sus infancias, allá en sus comunidades, cuando participaban en desfiles.
Iniciativas como la de la directora Maritza, no solo son atinadas, sino que se dan en un momento donde la sociedad necesita regresar a sus raíces para combatir la violencia que permea en casi toda la sociedad.
Venga pues un aplauso a la Directora Maritza y su equipo de trabajo que, lejos de ver su profesión como un trabajo, lo visualiza como la oportunidad de aportar su granito de arena para una mejor sociedad.
