En Rusia aun la recuerdan por su amplia gama de piruetas en el patinaje artístico, Elena Gouliakova decidió compartir su experiencia con los mexicanos por lo que decidió, junto con su esposo radicar en México y dar clases de patinaje.
Gouliakova compartió su experiencia en algunas escuelas particulares e instituciones de gobierno, pero la falta de apoyo en los deportes invernales fue fundamental para no darle mayor proyección.
Se perdió varios años, en donde sufrió de todo, problemas de ansiedad y trastornos mentales que
fueron perjudicando su carrera y su vida personal, al grado que su esposo la dejó. Sin dinero y con problemas para comunicarse, Elena comenzó a ser vista en diferentes calles con animales, durmiendo en callejones o puentes.
Llegó a a Nuevo Léon junto con su pareja Nikolay Suetov, los dos se dedicaban al patinaje sobre hielo.
Ambos buscaban ser profesores de patinaje, lo cual consiguieron en un instituto en Monterrey, incluso, gracias a su talento y dedicación fueron incluidos en la Asociación de Deportes Invernales del Estado y en la Federación Mexicana de Patinaje Sobre Hielo y Deportes de Invierno. Esta situación les permitió adquirir la nacionalidad mexicana rápidamente.
En febrero de 2016, Gouliakova fue internada en el área de psiquiatría del penal de Topo Chico, por lo que la asociación Renace comenzó un proceso para saber el porqué de su detención. Martín Sánchez Bocanegra, presidente de la organización, detalló entonces que muchas veces las personas en situación de calle son internadas en los penales.
Elena Gouliakova había sido detenida presuntamente por daños a propiedad privada en la colonia Valle del Mirador, en Monterrey.
A finales del 2022 cuando a Elena la vieron en las calles de la comunidad de Pegueros, municipio de Tepatitlán. La patinadora fue grabada en un clip mientras se le veía en estado de indigencia, una persona le ofreció ayuda pero ella lo ignoró y simplemente se marchó junto a sus mascotas.
