La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) alerta sobre el consumo de los productos denominados “poppers”, usados con fines recreativos, por contener
sustancias químicas altamente tóxicas, irritantes, volátiles e inflamables, además de su capacidad adictiva.
Cofepris detectó que estos productos, comercializados comúnmente en presentación líquida contenida en frascos pequeños para consumo por inhalación, se han popularizado entre la población juvenil y adolescente.
Algunos de los usos de “poppers” son como sustancias psicoactivas y/o estimulantes sexuales. Estos productos producen estado de euforia y de no represión, lo que podría incrementar las prácticas sexuales no seguras que conlleven a contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
La tolerancia que presentan los consumidores de estos productos es uno de los mayores peligros. Debido a la breve duración de sus efectos, las personas necesitan mayores dosis, lo que incrementa el riesgo de intoxicación por sobredosis y de sufrir efectos adversos, entre los más comunes están mareo, vómito, disminución de la presión arterial o taquicardia.
Otras afectaciones a la salud que pueden desarrollarse como consecuencia del consumo de “poppers” son: irritación de vías respiratorias, desencadenando dificultades para respirar; tos crónica; bronquitis; y neumonía lipoidea. También puede provocar lesiones oculares, desórdenes en la visión y, en algunos casos, la pérdida de ésta.
Asimismo, se ha identificado que el abuso prolongado de esta sustancia puede afectar los nervios periféricos, ocasionando debilidad muscular, entumecimiento y dificultad para coordinar movimientos. Además, pueden tener efectos negativos en el sistema cardiovascular, ocasionando disminución de la presión arterial, taquicardia, arritmias, fibrilación ventricular e incluso aumentar el riesgo de sufrir un infarto.
El uso simultáneo de “poppers” con otras drogas de tipo estimulante (como MDMA, metafentamina y cocaína) o medicamentos (prolongación de la erección o medicación para la hipertensión arterial) puede someter al sistema cardiovascular a un esfuerzo extra, que será más intenso y peligroso cuanto mayor sea la dosis y frecuencia de uso de estas sustancias.
Los compuestos hallados en estos productos son nitrito de amilo, isobutilo, isopropilo o butilo, los cuales se caracterizan por ser, en algunos casos, un líquido incoloro y en otros, presentan color amarillo. Además, son tóxicos, irritantes, altamente volátiles e inflamables.
Por lo anterior, Cofepris recomienda a la población en general no adquirir ni hacer uso de estas sustancias, así como evitar el uso en combinación con otras sustancias legales o ilegales por los riesgos a la salud que desencadena su consumo.
El término popper es el nombre genérico que designa a ciertas sustancias químicas —generalmente nitritos de alquilo como el nitrito de isopropilo, el 2-propil nitrito y el nitrito de isobutilo, además del nitrito de amilo y el nitrito de butilo, el resultado de la reacción sulfato de cobre(II)1— que se administran por inhalación. Se trata de líquidos incoloros y con un fuerte olor característico. El nitrito de amilo y otros alquilnitritos suelen inhalarse con objeto de aumentar el placer sexual. Los poppers empezaron a consumirse en discotecas en los años 1970. En algunos países del mundo la venta de los alquilnitritos está controlada o se considera ilegal.
El popper tiene una larga historia de uso, debido a la ráfaga de sensaciones agradables y el mareo que produce la inhalación de sus vapores. A pesar de que existe al menos un estudio que señala que el popper es menos perjudicial para la salud y la sociedad que la mayoría de las demás drogas recreativas, existen datos que demuestran que puede causar graves efectos adversos. Su consumo continuado puede causar daños neurológicos.Hay algunos indicios que indican que el consumo de popper puede alterar temporalmente la visión. Si se traga o aspira accidentalmente el líquido, en lugar de inhalar los vapores, se pueden ocasionar graves daños.
En el siglo XIX, el nitrito de amilo se empleó médicamente como vasodilatador y antídoto de la intoxicación cianhídrica, aunque este uso se considera obsoleto.