Extraer el agua debajo de la Ciudad de México (CdMx), a una profundidad de entre 100 y 300 metros, ha creado durante décadas un fenómeno de subsidencia, el cual tiene una relación directa con los sismos al hacer más vulnerable a la urbe.
Así lo expuso Marisa Mazari Hiriart, investigadora del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad del Instituto de Ecología de la UNAM, quien consideró que la zona sísmica en los antiguos lagos de la CdMx es como una “gran gelatina” porque se trata de una arcilla moldeable. “El área de lo que fueron lagos es sísmica, y si además le ponemos más leña al fuego con fallas, fracturas, permeabilidad, formaciones geológicas, pozos, cambio de uso de suelo, pérdida de biodiversidad, así como densidad poblacional, territorios de actividades productivas, y le sumamos el cambio climático, lo que tenemos es una zona de inminente desastre”, describió.
“Sé que sueno muy trágica, pero tiene relación con los recursos hídricos, con nuestro bien común que es el agua. Lo que vemos aquí es una franja que nos invita a abrir los ojos y pensar qué podemos hacer antes de que sea demasiado tarde; debemos analizarla no sólo con la perspectiva de la Zona Metropolitana del Valle de México, sino también de la Megalópolis (Toluca, Cuernavaca, Cuautla, Puebla, Pachuca, Tula, etcétera)”.
La expansión urbana de la capital del país, agregó, se disparó a partir del año 2000 en todas direcciones, lo que ha llevado a un consumo de 60 metros cúbicos por segundo de agua únicamente en la CdMx, el cual ha continuado creciendo. Dicha urbe tiene una superficie que re presenta menos del 0.2 % del territorio nacional y el 20% de la población de México, o sea, es de una gran densidad demográfica, “lo que nos pone en una situación de mayor vulnerabilidad”.
También intervino Enrique Cabral Cano, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien definió la subsidencia del terreno “como el hundimiento gradual de la superficie terrestre debido la pérdida de volumen y/o transferencia de masa a la superficie”.
En México, reiteró, una gran parte de estos procesos están originados por la extracción de agua subterránea, y dicho fenómeno se ha documentado por más de 120 años, desde fines del siglo XIX. “Las zonas urbanas que presentan estos hundimientos en el país son 853 localidades que tienen una velocidad de subsidencia anual mayor a 2.8 centímetros; es decir, 3,700 kilómetros de dichas áreas están expuestas, lo que representa el 15 % de las metrópolis del país.
En suma, son poco menos de 7 millones de casas habitación vulnerables y 21.4 millones de personas”, detalló. Entre las áreas afectadas por el riesgo socioeconómico por subsidencia y fallamiento asociado en la CdMx se encuentran las alcaldías, en el orden de mayor a menor: Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac y Venustiano Carranza, abundó
Chilangos viviendo sobre una gran gelatina
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