Alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo y se calcula que esa cantidad bastaría para alimentar a dos mil millones de personas, aseguró la licenciada Alejandra Bermeo Arellano, integrante del Programa de Nutrición de la Coordinación de Servicios Integrados para el Bienestar (COSIB) de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el marco del Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que se celebra este 29 de septiembre con el tema “Reducir la pérdida y el desperdicio alimentario: actuar para transformar los sistemas alimentarios”, alertó sobre la importancia de tomar medidas desde casa para evitar que los comestibles se desperdicien.
De acuerdo con cifras de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), esto sigue siendo un problema en un mundo donde el hambre va en aumento y se estima que aproximadamente 13 por ciento de la comida se pierde entre la cosecha y la venta minorista, mientras que un 17 por ciento se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio minorista.
“Hace falta generar más conciencia de que todos alimentos que estamos desperdiciando implicaron un gasto no sólo económico, sino también ambiental y de recursos como el agua, la tierra, la energía y la mano de obra, además de que cuando se van a la basura generan emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático”.
Entre 8 y 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero está asociado con comida que no se consume; además, se estima que 811 millones de personas no pueden cubrir una necesidad básica como es el derecho a recibir alimentos, una situación que se agrava cada vez más por la crisis económica que atraviesan muchos países en todo el mundo.
De acuerdo con la licenciada en Nutrición Humana por la Unidad Xochimilco existen cuatro claves principales para lograr menos desperdicios: la primera, organizar la cocina; la segunda, hacer una compra consciente; la tercera, reutilizar, y la cuarta lo que denomina “llévatelo a casa”.
Sobre el cuarto punto relacionado con “llévatelo a casa”, consideró oportuno preguntar el tamaño de las porciones cuando se va a un restaurante y en caso de ser necesario, pedir el sobrante para llevar, así como en las fiestas, promover que se reparta entre los invitados la comida que sobra.
“A veces por pena la gente no pide la comida para llevar cuando lo ideal sería llevárselo a casa para consumirlo después; sería interesante hacer un registro de todo lo que estoy tirando a la basura diario para ver la dimensión de lo que se está desperdiciando”.
Te sobró comida de la fiesta? Repártela… 811 millones de personas en el mundo no tienen que comer
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