Tú te acuerdas de GASPARIN, el fantasma amigable, caricatura que pasaba en canal cinco allá por los80´s?, pues ahora se acuñado el término caspering se refiere a alejarte gradualmente de la comunicación con un posible interés romántico en lugar de un acto abrupto de desaparición para minimizar el daño emocional.
El caspering es una forma mucho más elaborada, empática y humana porque se deja a la persona, pero poco a poco, por eso es más considerada. Al final, va a sufrir la pérdida emocional, pero su autoestima y su valoración personal no se van a ver tan afectadas.
El caspering conlleva una serie de charlas y una relación más empática en la que el que deja se pone más en el lugar del otro y le deja claro poco a poco por qué ya no quiere seguir con esa relación o qué es lo que puede no funcionar bien», añade la psicóloga. Se trata de darle una explicación a la otra persona sin dejarle un sentimiento de responsabilidad tan fuerte, como ocurre con el ghosting.
En este caso hace falta tener una actitud compasiva para no hacer tanto daño a la persona que está a tu lado. «Es intentar aliviar el sufrimiento en el otro, en la medida de lo posible. Es por ello que la experta en compasión y mindfulness aconseja esta práctica si no hay otro remedio, «porque tiene más en cuenta los sentimientos del que es dejado y hace que tu pareja se alivie de culpa o de posibles rumiaciones tras la ruptura.
Caspering, la última incorporación al léxico de citas urbanas es el primo educado del ghosting. Nombrado en honor a Casper, el fantasma amigable de la cultura pop, caspering se refiere a un destete gradual de la comunicación con un posible interés romántico en lugar de un acto abrupto de desaparición para minimizar el daño emocional.
El caspering reconoce la conclusión de una conexión romántica de una manera que defiende el respeto propio y la dignidad. Al elegir el caspering, las personas transmiten el mensaje esencial: “Te respeto lo suficiente como para concluir nuestra relación cuidadosamente”.
