La pérdida de audición se presenta cuando un individuo no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 decibeles (dB). La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda y puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.
Las personas que presentan pérdida de la audición leve y grave se les llama “duras de oído”, se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos, así como los subtítulos.
Las personas sordas suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada y se comunican mediante el lenguaje de señas.
Cabe señalar que la Lengua de Señas Mexicana (LSM) es reconocida oficialmente como una lengua nacional y forma parte del patrimonio lingüístico con que cuenta la nación mexicana.
La LSM consiste en una serie de signos gestuales articulados con las manos y acompañados de expresiones faciales, mirada intencional y movimiento corporal, dotados de función lingüística.
El Día Nacional de las Personas Sordas se conmemora con la finalidad de que las personas sordas visibilicen su realidad ante el mundo, donde expresan sus demandas en cuestión de derechos y en el cual se ponga de relieve la riqueza de la cultura sorda.
La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, ciertas enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, mil 500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición, de las cuales unos 430 millones necesitan servicios de rehabilitación.
En México, 1.3 por ciento de la población de tres años en adelante no puede oír, según información de la Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) 2017, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Algunas causas que derivan a la pérdida de audición se pueden prevenir, por lo que se recomienda seguir recomendaciones de salud pública e intervenciones clínicas que se realicen a lo largo del curso de la vida, desde periodos prenatales y perinatales hasta edades avanzadas.
En los niños, casi el 60 por ciento de las causas de pérdida de audición se pueden prevenir, de igual manera, en adultos evitando exponerse a sonidos fuertes y usar de manera correcta los medicamentos ototóxicos.