Cáscara de plátano alternativa para sustituir al plástico y reducir la contaminación

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Un grupo de investigación conformado por integrantes del alumnado y profesorado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) trabaja en el desarrollo de un biopolímero a partir de la cáscara de plátano, que tendría las características físico-químicas necesarias para sustituir materiales convencionales como los utilizados en bolsas de plástico.

 Las doctoras Rebeca Sosa Fonseca, del Departamento de Física, Ana María Soto Estrada e Iris Serratos Álvarez, del Departamento de Química de la Unidad Iztapalapa, así como los alumnos de la Licenciatura en Física, Juan Antonio García Torres, de la Licenciatura en Química, Jorge Luis Mendoza Téllez y de la Licenciatura en Ingeniería Biomédica, David Silva Roy, coincidieron en que si bien existen numerosas publicaciones entorno a la creación de polímeros naturales, este es un proyecto encaminado a “desarrollar nuevos materiales que puedan tener múltiples aplicaciones tecnológicas” y sobre todo que sea amigable con el medio ambiente.

La doctora Sosa Fonseca dijo que en el Laboratorio de Espectroscopía suelen realizarse estudios de las propiedades ópticas de diversos materiales, entre ellos las muestras de almidón que los alumnos participantes han obtenido de la cáscara de plátano.

Tras señalar que el proyecto de investigación surgió a iniciativa del alumno Juan Antonio García Torres, agregó que la cáscara de plátano, de la cual interesa su característica fibrosa, es un buen elemento para utilizarlo como composta y mejorar los cultivos agrícolas, después de un uso comercial. En ese sentido, uno de los objetivos del estudio es entender cuáles son los mecanismos que permiten dicha mejoría en la producción agrícola.

 “Hemos hecho las primeras pruebas en la obtención del biopolímero o película con distintos solventes”, con el fin de contar con un material amigable y sirva de composta, al tiempo de generar productos similares a las bolsas de plástico utilizadas cotidianamente en establecimientos comerciales, lo que tendría un importante impacto en beneficio del medio ambiente.

Respecto la etapa de desarrollo en que se encuentra la investigación comentó que “todavía estamos en el paso de valorar la resistencia, es decir la propiedad mecánica del biopolímero” y “calculamos que los resultados se tendrían en aproximadamente ocho meses.

La investigadora, quien coordina en la Ciudad de México la Olimpiada de la Física, añadió que con este proyecto se estaría en posibilidades de trabajar también con otros productos de origen natural como el camote o papa y llegar a resultados similares a los de cáscara de plátano.

El alumno Juan Antonio García Torres quien encabezó el proyecto, explicó que esta investigación surge con el propósito de utilizar la cáscara como un producto que pueda sustituir al plástico y reducir la contaminación y dar alternativas, además cumple con el objetivo 13 de la Agenda 2030 de la ONU.

Durante el proceso de desarrollo de este biopolímero, uno de los principales retos fue buscar la materia prima que les permitiera usar el almidón, de manera que añadiéndoles ciertas soluciones pudieran “crear este prototipo de biopolímero compostable”.

Puntualizó que la diferencia entre los biopolímeros biodegradables y los compostables es que los primeros se convierten partículas muy pequeñas, pero contaminantes, mientras los segundos tienen el valor agregado de ser amigables con la tierra e incluso podrían nutrirla.

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