La palabra ortorexia proviene de los términos griegos orthos que significa correcto o acertado, y orexis que quiere decir apetito o nutrición, por lo que se traduce como apetito correcto, es decir, tiene relación con la alimentación saludable, si las personas se preocupan por tener todos los nutrimentos necesarios para su día a día, según sus actividades laborales o escolares.
Sin embargo, desde hace algunos años se ha estudiado la ortorexia nerviosa, que es más una obsesión enfermiza por el consumo de alimentos saludables, precisa la doctora Rocío Ivonne de la Vega Morales, profesora de la Facultad de Psicología durante la charla La ortorexia, qué es y cuáles son sus consecuencias psicológicas.
Quienes la padecen mantienen una obsesión enfermiza por el consumo de alimentos saludables, que incluso los lleva a consumir exclusivamente sólo aquellos que provienen de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas, herbicidas, así como evitan el consumo de carne porque los animales al ser maltratados pueden generar sustancias dañinas para el organismo.
“La ortorexia comienza como un intento de comer más saludable, pero la persona con la ortorexia nerviosa se vuelve más y más obsesiva por qué y cuánto comer […] y su autoestima se ve envuelta en la pureza de su dieta, por lo que con frecuencia se sienten superior a otros”, puntualiza la especialista.
En personas con este tipo de condición los problemas sociales son más evidentes, ya que generalmente se aíslan y planean su vida alrededor de la comida. La mayor parte de su tiempo lo dedican en planificar su ingesta de alimentos, e incluso se vuelven intolerantes a las creencias alimentarias de otras personas.
Se aíslan socialmente porque esta forma de alimentarse hace que no quieran ir a reuniones y estar con otras personas a la hora de la comida, pues se sienten muy angustiados por lo que van a comer y esto puede llevarlos a presentar síntomas de ansiedad.
Además, pueden perder la capacidad de comer intuitivamente, es decir, a saber cuándo tienen hambre, la cantidad que necesitan y cuando están satisfechos. “Pierden esa sensación a nivel fisiológico, por lo que no comen de forma natural, ya se vuelve como un ritual, pero tiene que ser con las especificaciones que ellos consideran adecuadas”.
Medir la obsesión
La ortorexia nerviosa no está clasificada dentro del DSM5 (manual en el que se encuentran categorizados los trastornos mentales) ni del CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades). Algunos trabajos de investigación apuntan que hay controversia en cuanto a si se trata de “un trastorno alimentario único o una consecuencia del desenlace de éste o un proceso obsesivo-compulsivo”.