Al nacer, los seres humanos estamos compuestos por tres cuartas partes de agua, pero en la etapa adulta el porcentaje baja a 60 por ciento. Por esta razón, se trata de un recurso indispensable para el organismo. Pero ¿qué pasa cuando una persona no consume este líquido vital?
El agua cumple funciones importantes, como regular la temperatura, generar el líquido cefalorraquídeo para proteger el cerebro y producir un fluido para preservar las articulaciones, dijo José Luis Maldonado García, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El organismo humano tiene varios órganos compuestos principalmente de agua, entre ellos el corazón, el cerebro, los pulmones, e incluso los huesos, que se consideran órganos secos.
El cuerpo regula la cantidad de agua que se transporta en la sangre a través de un centro regulador ubicado en el cerebro llamado hipotálamo. Cuando el cuerpo identifica que los niveles de agua disminuyen, manda señales hacia el riñón a través de una hormona llamada antidiuretica para evitar la pérdida de líquidos.
Uno de los primeros cambios del organismo cuando no toma suficiente agua es la concentración de la orina. Al disminuir la cantidad de agua filtrada en los riñones, la orina se verá más concentrada y con un olor muy penetrante.
Dos escenarios
Cuando al organismo le falta agua, ocurren dos escenarios: privación total del líquido y consumo debajo de lo recomendado. En el primero, la persona podría encontrarse en una situación extrema, como en un desierto y no tomar agua. Duraría vivo quince horas sin agua, pero después moriría. Sin embargo, en una situación más favorable, es decir, en un clima menos extremo, podría sobrevivir hasta tres días.
La función del agua es llevar los nutrientes a todo el organismo. Sí pierde esa capacidad, los órganos no obtienen el aporte suficiente y comienza un fallo orgánico. Así, los riñones fallan y llega una lesión renal aguda, con frecuencia mortal.
En el segundo caso, cuando el cuerpo humano no tiene suficiente aporte de líquidos habrá dos grupos de síntomas: primero, se da un estado de deshidratación acompañado de dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, e incluso se presenta dolor muscular y calambres.
Estos últimos son relevantes porque el agua en la sangre se encarga de llevar todos los minerales necesarios para el funcionamiento, tanto del cerebro y los músculos como de los órganos.
Cuando una persona tiene un consumo por debajo de los 700 mililitros de agua por un tiempo prolongado, se acentúan estos síntomas por falta de las sales minerales.
Aparece un adormecimiento de las extremidades, como un hormigueo, alteraciones de la vista, episodios de delirio, y un pequeño porcentaje de los pacientes puede presentar ataques cardíacos, e inclusive llegar a la muerte.
Es importante mencionar que las personas con diabetes tienen predisposición a infecciones urinarias, que aumenta si no toman suficiente agua.