En los últimos años, ha sido muy frecuente la publicación de trabajos sobre los efectos del cambio climático en el planeta. Sin embargo, se han estudiado poco las repercusiones que tiene en los humanos. Las investigaciones han revelado que este fenómeno afecta nuestro cerebro y nuestra salud física y mental.
Hace dos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que el cambio climático, más allá de representar un riesgo para el planeta, plantea un peligro para nuestra salud mental y bienestar al “provocar el desarrollo de trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, la depresión o conductas suicidas”.
Aunado a ello, y aunque aún no se le ha dado la relevancia que merece, se sabe también que el cambio climático modifica el cerebro. Un estudio publicado en la revista Brain, Behavior and Evolution evaluó 298 especímenes humanos de los últimos 50 mil años junto a registros naturales de temperatura, humedad y precipitaciones globales para entender el impacto de los cambios ambientales en el sistema neurológico y en el comportamiento humano.
Los resultados mostraron que a medida que las temperaturas van en aumento, el tamaño medio del cerebro va disminuyendo significativamente. Este proceso, aclaró el trabajo, se produce a lo largo de múltiples generaciones. Por ejemplo, se reveló que el tamaño del cerebro humano se redujo en un 10,7% durante el Holoceno, cuando hubo temperaturas muy altas.
Por su parte, el Dr. Víctor Manuel Rodríguez Molina, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó que, si hay una alteración en el ambiente, esto tiene un impacto en nosotros a nivel físico. “Nuestro cerebro, el sistema cardiovascular y respiratorio se alteran y a nivel mental también padecemos. Todo eso lo sabemos porque desde hace 30 años se vienen estudiando las repercusiones del cambio climático en los humanos”.
Altas temperaturas y comportamiento agresivo
Las altas temperaturas, derivadas del cambio climático, nos generan un cambio en nuestras emociones. “Cuando hay un aumento de temperatura, hay un incremento de emociones negativas como la ira, el enojo y la irritabilidad”, dijo el profesor universitario, experto en el área de las neurociencias.
Rodríguez Molina agregó que ya se ha estudiado que, cuando ocurren las olas de calor, aumentan los casos de ansiedad, depresión y esquizofrenia. Por otro lado, comentó que se está investigando si los crímenes como homicidios o tiroteos masivos tienden a aumentar en días calurosos. Craig A. Anderson, del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos), realizó un estudio cuyos resultados mostraron que las altas temperaturas incrementan los sentimientos de hostilidad e, indirectamente, los pensamientos de agresividad, lo cual derivaría en actos violentos.
Además, el trabajo de investigación que hizo en 2021 la institución estadounidense National Bureau of Economic Research dio a conocer que los enfrentamientos entre reclusos aumentan un 18% bajo climas calurosos. Aunque esto aún se está estudiando, las estadísticas revelan una relación entre el aumento de las temperaturas y las agresiones.