Cuando la película Interestelar se estrenó el 26 de octubre de 2014, no solo capturó la imaginación de millones de espectadores por su narrativa y efectos visuales, sino también por la representación cinematográfica de conceptos científicos complejos. Es fascinante la manera en que mezcla la ciencia ficción con la ciencia.
Alrededor del 2010, el renombrado físico y astrónomo Kip Thorne –quien, por cierto, era amigo del astrónomo, astrofísico y divulgador de la ciencia Carl Sagan– desarrolló un guion para una película que explotaba varios conceptos de física. Sin embargo, tuvo dificultades para encontrar una compañía cinematográfica interesada en producirla.
Finalmente, Paramount Pictures mostró interés en la historia, pero decidieron cambiar el guion. Thorne aceptó siempre y cuando él fuera el asesor científico de la historia. La película fue dirigida por Christopher Nolan.
Así surgió Interestelar, una de las películas de ciencia ficción más emblemáticas, con un viaje inolvidable que impactó en la cultura popular. Más tarde, en el 2017, Kip Thorne ganó el premio Nobel de Física por el descubrimiento de las ondas gravitacionales.
Agujeros negros: se forman cuando una estrella masiva agota su combustible y colapsa; en su lugar queda un agujero negro. Se trata de un fenómeno astronómico donde la gravedad es tan fuerte que ni la luz puede escapar.
Estos objetos pueden alcanzar entre 20 y 50 veces la masa del Sol. Si una persona cayera dentro de un agujero negro, sería destruida por las fuerzas gravitatorias extremas, que destruyen cualquier objeto que caiga. Aunque se les considera peligrosos, no representan una amenaza a menos que uno se acerque demasiado a ellos.
Actualmente, se han descubierto varios agujeros negros. En el centro de cada galaxia hay un agujero negro supermasivo. Por ejemplo, en el centro de la Vía Láctea está Sagitario A*, un agujero negro con cuatro millones de veces la masa del Sol.
La primera imagen de un agujero negro se obtuvo en el 2019 a través de un telescopio virtual con las dimensiones del tamaño de la Tierra, que combinó datos de radiotelescopios de todo el mundo.
La imagen obtenida corresponde al agujero negro en la galaxia M87, ubicada en la constelación de Virgo, a unos 53 millones de años luz de la Tierra.
Cuando se filmó Interestelar todavía no se había obtenido la imagen del agujero negro, pero la representación de Gargantúa, que traga al personaje Cooper, es muy realista porque fue creada con la ayuda de Kip Thorne, quien tenía una idea científica de cómo debía ser este fenómeno espacial (con su disco de acreción emitiendo luz debido a la fricción del material que orbita en su proximidad).
Ahora bien, un agujero negro no se ve porque es negro, pero los astrónomos los han identificado porque absorben la materia que gira a su alrededor a diferentes velocidades, lo que provoca fricción, calentamiento y emisión de luz.
Agujeros de gusano: propuestos en 1935 por Albert Einstein y Nathan Rosen, los agujeros de gusano son portales teóricos que permitirían viajar grandes distancias en unos cuantos segundos.
Aunque su existencia no ha sido demostrada, no están descartados por la teoría de la relatividad. Sin embargo, su formación requeriría condiciones extremas, como la presencia de energía negativa, que hasta ahora no ha sido detectada en la naturaleza.