El 29 de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial del Ictus con el propósito de informar sobre sus factores de riesgo, síntomas y tratamientos, y promover la prevención del accidente cerebrovascular.
Un ictus ocurre debido a la interrupción repentina del flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro, lo que provoca un daño al tejido cerebral. Esto puede deberse a obstrucción de pequeños vasos sanguíneos, formación de coágulos, ruptura de arterias cerebrales o acumulación de grasas en las mismas.
Los síntomas del ictus incluyen mareos, adormecimiento, debilidad en un lado del cuerpo y dificultades para hablar, escribir o comprender a otros.
Los factores de riesgo comprenden: presión arterial alta, tabaquismo, diabetes, colesterol elevado, arritmias, aterosclerosis, inactividad física, alimentación inapropiada y avanzada edad.
El ictus es también conocido como derrame cerebral, enfermedad vascular cerebral (EVC), infarto cerebral, embolia, trombosis o apoplejía.
Es fundamental atender un ictus en sus primeros minutos para evitar secuelas permanentes o la muerte. El tiempo de respuesta es crucial, ya que con cada minuto que transcurre desde el comienzo del episodio, mueren aproximadamente dos millones de neuronas.
Según datos del INEGI, en México las enfermedades cerebrovasculares se posicionan entre las diez principales causas de muerte a partir de los 45 años. En 2022, se registraron 36,152 decesos por estas enfermedades: 17,997 mujeres y 18,155 hombres. Por grupos de edad, más del 80% de las defunciones correspondió a personas mayores de 65 años.
La World Stroke Organization (WSO) señala que una de cada cuatro personas padecerá un accidente cerebrovascular en su vida, y el 90% de estos episodios podría prevenirse al controlar algunos factores de riesgo.
Aunque está financiada en gran medida por destacados laboratorios farmacéuticos, la WSO opera independientemente de los gobiernos y mantiene relaciones formales con la OMS y el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la ONU.
Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud de México, indica que el ictus figura entre las diez causas principales de muerte y es la segunda causa de discapacidad a nivel global.
Se estima que en México se presentan 118 casos por cada 100,000 habitantes, lo que se traduce en unos 170,000 nuevos pacientes anualmente. De estos, el 20% podría fallecer en los primeros treinta días, y siete de cada diez podrían sufrir alguna discapacidad.
Con el objetivo de identificar de forma temprana el ictus, la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias, en colaboración con otras instituciones, desarrolló la estrategia CAMALEÓN. Esta se basa en un acrónimo que recuerda los principales síntomas: CA de CAra colgada; MA aludiendo a la MAno pesada o debilidad en extremidades; LE de LEngua trabada y ON que insta a actuar rápidamente, llamando al 911 o acudiendo a un hospital.