Después de que su película Behind the Glory fuera rechazada, el productor japonés Tomoyuki Tanaka comenzó a pensar en el tema que podría abordar en su próximo filme. La idea aún no era clara, pero un evento cambiaría su perspectiva. En marzo de 1954, durante las pruebas nucleares que Estados Unidos realizaba en el atolón de Bikini, una isla deshabitada ubicada en el océano Pacífico, se provocó la explosión nuclear más potente de la historia. Como consecuencia, la población más cercana a la zona del impacto experimentó problemas de salud.
Entre las reflexiones que este hecho despertaba en él, Tanaka se preguntó: ¿qué pasaría si un monstruo despertara por una explosión similar? Y así, comenzó a escribir un pequeño guion a partir de ese escenario ficcional.
Mientras tanto, el director Ishiro Honda no dejaba de pensar en la tragedia de los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki, realizados por Estados Unidos en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque no vivió la catástrofe de primera mano, ya que estaba en una prisión china, recorrió la zona siete meses después. La devastación que observó fue tal que “sentía que el miedo atómico provocado en Japón iba a estar colgado durante toda la eternidad”.
Tomoyuki Tanaka e Ishiro Honda se reunieron y comenzaron a definir los detalles para hacer una película cuyo tema fuera el despertar de una antigua criatura como consecuencia del uso de las armas nucleares. Junto a Takeo Murata (escritor), Eiji Tsuburaya (director de efectos especiales) y Teizō Toshimitsu (escultor), crearon el aspecto de este ser. Tras varios bocetos, Toshimitsu decidió combinar algunos elementos de la anatomía del estegosaurio y el tiranosaurio rex, además de los dedos del Iguanodon, para dar forma al monstruo, añadiendo cicatrices provocadas por la radiación.
Después de dos meses y medio de desarrollo, el 3 de noviembre de 1954, Godzilla salió a la luz. La campaña de marketing desplegada alrededor del monstruo (kaiju) colapsó los cines japoneses, y la película fue uno de los filmes con mayor venta de entradas de ese año. Más allá de mostrar a un monstruo destruyendo todo a su paso, la cinta presentaba un mensaje social, una tendencia que los directores continuaron en la mayoría de las películas posteriores protagonizadas por este personaje.
“Algunas películas de Godzilla siempre tienen un trasfondo. Esta primera es bastante seria. Es cierto que hay un monstruo gigante que destruye todo a su paso, pero también invitaba a reflexionar sobre el uso de las armas nucleares y sus efectos en la población. Godzilla no sólo se convirtió en la representación de la amenaza nuclear, sino también en el predicador de sus víctimas. Tocó fibras que estaban muy sensibles”, explicó el cineasta Santiago Torres Pérez, quien es secretario general de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM.
No somos amigos, quizá aliados
A partir del éxito de esa película, Godzilla se volvió relevante para la idiosincrasia japonesa. Durante estas siete décadas, el monstruo radioactivo ha evolucionado en su papel, pero nunca se ha alejado de su ideal principal: ser un recordatorio de lo que pueden causar las armas nucleares y de que la naturaleza, de alguna forma u otra, siempre reclama su lugar.
Después de la primera película, el monstruo nuclear entró en una etapa que se conoce como la era Showa de la franquicia. Este periodo, comprendido entre 1954 y 1975, muestra a Godzilla como una figura antagónica que luego pelea contra otros monstruos como Hedorah, Guidorah y su propia encarnación robótica, Mecha Godzilla.
Estas películas mostraban un lado positivo de Godzilla, pues buscaban reflejar el rápido crecimiento económico que experimentó Japón en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial (el milagro económico japonés). Si en ese sector se había dado un milagro, ¿por qué no pensar que el monstruo podría ser un aliado?
¡Larga vida al rey!
En la última década, Godzilla ha experimentado un auge, protagonizando diversas series y películas. Ya sea en su versión estadounidense con el MonsterVerse o en las niponas con Shin Godzilla y Godzilla Minus One, el rey de los monstruos ha logrado repuntar en popularidad y, el año pasado, ganó su primer Oscar por efectos visuales.