Cada año, 1.27 millones de personas pierden la vida por resistencia a los antibióticos y, de no tomarse medidas, la cifra podría aumentar a 10 millones para 2050, señala la OMS
Las infecciones resistentes a antibióticos llevan décadas presentándose, pero hasta hace poco empezaron a ganar protagonismo por representar una amenaza latente.
Hoy, realizar una cirugía de forma segura, curar una herida infectada o tratar enfermedades bacterianas es posible debido a los antimicrobianos, pero en los últimos años han perdido eficacia.
Especialistas señalan que cuando alguien tiene una infección resistente puede morir debido a algo que antes se podía tratar fácilmente. Si los antibióticos son poco efectivos, los riesgos de operarse por un apéndice, vesícula o por una fractura, aumentan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, cada año, 1.27 millones de personas pierden la vida por este problema y, de no tomarse medidas, la cifra podría aumentar a 10 millones de muertes en 2050.
“Los problemas respiratorios virales son la primera causa de consulta en los sistemas médicos. En un cálculo conservador hay 50 millones de episodios por año y, de estos, el 95 por ciento no requieren tratamiento con antibióticos; sin embargo, los reciben”, advierten especialistas académicos.
Otro factor que favorece la resistencia a los antimicrobianos es la lentitud de las farmacéuticas para desarrollar moléculas útiles. Debido a la complejidad de la investigación, una normatividad regulatoria estricta y la inversión requerida, dejaron de aparecer antibióticos nuevos.
Desde 2015, especialistas de la UNAM comenzaron a juntar evidencia de esta pandemia silenciosa. Como señala Ponce de León, México carecía de datos amplios, confiables y suficientes como para determinar en dónde estamos en cuanto a resistencia a los antimicrobianos.
Con un grupo de especialistas decidimos que la Universidad era el sitio ideal para dicha tarea y empezamos a recopilar publicaciones sobre el tema y establecimos un laboratorio para recibir muestras, estudiarlas y acumular información.
Con el objetivo de dotar de datos al gobierno y sociedad para mostrarles lo grave del problema se creó el Plan Universitario para el Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA). “Precisamos un plan que nos diga a dónde vamos a llegar en 10, 20 y 30 años, en términos de disminución de los niveles de resistencia.