Las estrellas de mar, también conocidas como asteroideos, son algunas de las criaturas más enigmáticas y diversas del océano. Su nombre proviene del griego ἀστεροειδής, que significa “en forma de estrella” y se refiere a su característica forma estrellada, con sus brazos radiantes.
En entrevista, Alejandra Alvarado Zink, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, explicó que estas criaturas pertenecen al grupo de los equinodermos, conocidos por su simetría radial y su capacidad para regenerar partes de su cuerpo.
“Cuando hablamos de los asteroideos, nos imaginamos el universo y las estrellas que vemos en el cielo, pero se trata de animales que viven en el mar desde hace 480 millones de años, desde los abismos hasta las costas”.
Estas criaturas, añadió la académica universitaria, presentan en la parte superior de su cuerpo texturas que pueden ser lisas y aterciopeladas, ásperas y espinosas, o con superficies granulares que semejan una lija. Existen más de 2 mil especies distribuidas en todos los mares del planeta; en México, hay una variedad de 185 especies.
Su cuerpo es estrellado; regularmente tienen cinco brazos, pero algunas especies pueden llegar a tener hasta 10 o 30. Si un depredador les corta un brazo, este se puede regenerar por completo, siempre y cuando cada fragmento contenga una porción del disco central.
Si por alguna razón su brazo se parte a la mitad, cada parte se convierte en un solo brazo. “Muchas veces hasta se pueden cortar en pedacitos y de cada uno crece una nueva estrella”.
Su fisionomía
No tienen ojos como los nuestros, pero algunas especies sí presentan estructuras especializadas ubicadas en la punta de cada uno de sus brazos para detectar la luz. Estas estructuras también permiten a las estrellas de mar orientarse en su entorno, encontrar alimento y evitar obstáculos, resaltó Alvarado Zink.
En la parte central, debajo de su cuerpo, se encuentra su boca equipada con dientes. “Pareciera que tienen una apariencia feroz”, enfatizó la académica universitaria. Tienen una dieta muy variada y pueden alimentarse de otros organismos, como pequeños peces y erizos de mar.
De hecho, las estrellas de mar contribuyen a controlar otras poblaciones de animales, ayudando a mantener el ecosistema equilibrado, agregó la divulgadora de la ciencia.
Son capaces de mover sus brazos para desplazarse lentamente por el fondo marino y, al hacerlo, remueven sedimentos y detritos, contribuyendo a oxigenar el fondo marino y a crear un ambiente más limpio para otros organismos.
Estos ejemplares liberan huevecillos y espermatozoides que se combinan para formar larvas, las cuales posteriormente se convertirán en las “estrellitas de mar”. Sin embargo, no todas llegan a la madurez, ya que sirven de alimento para otros organismos.