El pasado 29 de diciembre, el hijo de Jimmy Carter, James E. Carter III, anunció la muerte de su padre a los 100 años de edad, luego de que en febrero de 2023 ingresó a cuidados paliativos después de que le diagnosticaran un melanoma que hizo metástasis en el cerebro y el hígado.
James Earl Carter Jr, nació en Plains, Georgia, el 1 de octubre de 1924 fue un político y humanitario estadounidense, miembro del Partido Demócrata y trigésimo noveno presidente de los Estados Unidos (1977-1981); antes había ejercido como gobernador del estado de Georgia (1971-1975) y senador en la Asamblea General de Georgia (1962-1966).
Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el 2002, por sus esfuerzos «para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, impulsar la democracia y los derechos humanos y fomentar el desarrollo económico y social».
Su mandato como presidente de Estados Unidos estuvo marcado por importantes éxitos en política exterior, como los tratados sobre el canal de Panamá, los acuerdos de paz de Camp David (tratado de paz entre Egipto e Israel), el tratado SALT II con la Unión Soviética y el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China y vivió sus momentos más tensos con la crisis de los rehenes en Irán. En política interior, su gobierno creó los departamentos de Energía y Educación y reforzó la legislación de protección medioambiental.
Desde que abandonó la Casa Blanca se dedicó a la mediación en conflictos internacionales y al apoyo de causas humanitarias. En 1982, fundó junto con su esposa, Rosalynn, el Centro Carter, una organización no gubernamental que lucha por el avance de los derechos humanos, la mediación en conflictos internacionales y que ha estado presente como observador en distintos procesos electorales.
Al dejar el cargo, su presidencia fue valorada por la mayoría como un fracaso. En la clasificación histórica de presidentes de Estados Unidos, la presidencia de Carter ha oscilado entre el puesto 19 y el 34. Si bien la presidencia de Carter recibió críticas mixtas de algunos historiadores, su lucha por la paz por encima de todo y sus esfuerzos humanitarios desde que abandonó la presidencia le han llevado a ser ampliamente reconocido como uno de los más exitosos expresidentes en la historia de Estados Unidos.
Carter ha continuado manifestándose en contra de la pena de muerte en Estados Unidos y en el resto del mundo. Más recientemente, en su carta al gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, le instó a firmar un proyecto de ley para eliminar la pena de muerte e instituir la cadena perpetua sin libertad condicional. La ley fue aprobado por la Cámara y el Senado estatal. Carter escribió:
Carter se opuso personalmente al aborto, aunque apoyó su legalización después de la histórica sentencia de 1973 de la Corte Suprema de los Estados Unidos, a raíz del Caso Roe contra Wade, en la que se reconocía, aunque con limitaciones, el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Uno de los puntos calientes durante su campaña electoral a Presidente fue precisamente el tema del aborto. Siendo candidato, bajo la presión de sus consejeros no pudo manifestar claramente su postura al respecto, por lo que se mostró ambiguo, lo que le valió la crítica tanto de las corrientes abortistas como provida.172
Ya instalado en la Casa Blanca, adoptó una política pragmática, eligiendo como personas de confianza a mujeres que se manifestaban proelección, pero nombrando como Secretario de Salud y Educación a Joseph Califano (que era contrario al aborto) y aumentando las ayudas federales a los centros de planificación familiar como alternativa al aborto.173 Su falta de apoyo al incremento de fondos federales para la práctica de abortos le valió la crítica de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, que alegaba que no hizo lo suficiente para encontrar alternativas a este problema.