Apenas termina el mes de octubre y México adorna sus altares de Día de Muertos con el cempasúchitl. La flor nos acompaña en esta tradición cultural e histórica de gran importancia para los mexicanos, incluso considerada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La presencia del cempasúchitl en los altares tiene una significado particular, se le puede encontrar adornando coronas, en forma de ramos o incluso algunas personas lo colocan como un camino que las almas siguen hacia el altar, guiados por el olor y color de estas flores.
Esta práctica cultural ha existido desde hace cientos de años y desde entonces también se utilizan y se siguen seleccionando las mejores semillas, como un proceso dinámico dentro de la domesticación de este recurso.
Gracias a su uso durante el Día de Muertos, cada año se cultivan y venden en México grandes cantidades de cempasúchitl. Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural destacan que en 2021 la superficie de siembra de la planta fue de 1,198 hectáreas, mientras que en 2022 fue de 2,289 y en 2023 de 2,448.
Asimismo, en 2022 la producción nacional fue de 16 mil 307 toneladas de flor de cempasúchitl, 2 millones 313 mil plantas y 490 mil 786 manojos. En 2023, se produjeron 21 mil toneladas de dicha flor, más de 2 millones 451 mil plantas y más de 509 mil manojos. Así, miles de productores mexicanos encuentran en esta tradición una oportunidad para obtener ganancias.
Los lugares en donde mayormente se cultiva la flor en el país son: Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Oaxaca, Morelos, Durango, Sonora. En la Ciudad de México, las alcaldías Xochimilco y Milpa Alta son los sitios en donde se realiza la mayor producción de esta flor.
Una de las problemáticas a las que se ha enfrentado el cempasúchitl en los últimos años es que cada vez hay más de este tipo de flores proveniente de países como China, que aunque tiene costos más baratos que el nacional o sus flores pueden ser más “pomposas”, hasta el momento no tienen otro tipo de mejora, por ejemplo, como una mayor duración.
“El productor mexicano con semilla todavía nativa no puede dar los precios que da un productor cuando procede de una plantación en China, los costos son mucho más baratos, como ocurre generalmente con la industria China, y no es posible que alcance esas cantidades de abaratamiento de costos y por lo tanto es mucho más probable que uno vea plantas de origen chino vendiéndose”.
Las empresas chinas no llevan muchos años de selección y cultivo de la semilla, y a pesar de ello actualmente su dominio en cuanto a producción de cempasúchitl supera considerablemente a lo que se produce en nuestro país, sobre todo a nivel de uso avícola.
De esta manera, el cempasúchitl es una planta que por su colorido y mística ha permitido que durante generaciones esté presente en miles de hogares mexicanos. Sin embargo, es necesario no sólo ver esta planta como parte de las festividades del Día de Muertos, sino recuperar el mercado mexicano en cuanto a su uso industrial en el sector avícola.