¡ya vienen por él, nos van a matar¡ fue lo que exclamaron meseras de un restaurante el pasado sábado 1 de febrero cuando se desató una trifulca en pleno barrio chino, en la Ciudad de México, donde oficialmente no hubo muertos mas que un herido, pero en realidad la riña tiene de fondo algo que preocupa, mafias comandadas por venezolanos, colombianos y mexicanos se pelean la calle de Artículo 123, Dolores e Independencia ahí, donde desde hace años se asienta el barrio chino.
Muchos comensales extranjeros, niños y un bebé, quedaron en el fuego cruzado cuando dos bandos, comerciantes establecidos y no establecidos, comenzaron a arrojarse palos, piedras, y todo lo que encontraban a su paso, ¿el motivo?, la disputa de cada centímetro de calle para ejercer el comercio informal.
Ese sábado estaba atascado de gente, se festejaba el Año Nuevo Chino y los restaurante estaban hasta el tope. “Estábamos comiendo cuando se escuchó que peleaban en la calle, agarre a mis dos niños porque estaban quitando a la gente de las ventanas para que no vieran lo que sucedía, fue cuando rompieron una ventana con una piedra”, señalan una de las comensales testigo de los hechos.
Narra que en la calle ya estaba todo tirado, comida, ropa, calzado y demás, hombres seguían peleando y ya hasta había policías. cerraron la puerta del restaurante y no los dejaron salir. “Éramos como 30, había algunos extranjeros y un bebé, un tipo gordo apestando a marihuana y con un arma en la cintura no nos dejaba salir, quesque por nuestra seguridad, pero en realidad nos tenían secuestrados… parece que al que buscaban era a él.
“Varios de los agresores intentaban entrar por la fuerza al restaurante en busca de una persona, pero los meseros se los impidieron a punta de golpes, mientras las meseras se escondían en el baño junto con los comensales y comenzaron a rezar, ya viene por él, nos van a matar decían”.
Las narraciones coinciden en que algunos de los involucrados se cambiaron de ropa para no ser identificados, mientras que una mujer exigía a los dueños del restaurante los dejaran salir. El grupo de comensales estuvieron retenidos por media hora, una mujer llamó la 911 y a dos televisoras para informa lo que ocurría.
De acuerdo al relato de una mujer, el tipo gordo les decía que no podían salir porque si abrían las puertas se iban a meter, ¡que no había garantías¡ pero en realidad, asegura, parecía que nos tenía de escudo ya que era él a quien buscaban.
“De rato nos dijeron que nos subiéramos al tercer piso, cuando ya íbamos para arriba, una mujer dijo que ya venían que ya se habían metido y corrimos todos por las escaleras, no nos dejaron entrar al tercer piso, estaba lleno de gente, nos seguimos y yo me fui al quinto piso con los niños y estaban dos tanques de gas en la puerta y nos regresamos al cuarto piso.
“Olía a pura marihuana yo estaba con mucho miedo, eran puros venezolanos o colombianos estaba un gordo ahí, yo digo escondido por qué entraban y salían tipos, pero él no, me quedé atrás de la puerta con los niños y les decía que cualquier cosa al piso, la gente muy espantada y enojada porque no nos dejaban salir”, relata una de las personas que quedo atrapara en el restaurante. ”Cuando salimos ya estaba oscuro y había muchos policías, todo destruido, parecía que había pasado un tornado, vi hombres muy golpeados y sangre en las escaleras”.
Los hechos ocurrieron en la calle Artículo 123 y su esquina con Dolores, en la colonia Centro, de la alcaldía Cuauhtémoc, ahí donde se asienta el barrio chino.
Con los testimonios recogidos, es raro que las autoridades solo reporten un herido cuando es claro que hubo muchos más.
La trifulca nos hace reflexionar sobre quien manda en las calles de la Ciudad de México, la frágil que es la seguridad y el peligro que corren los ciudadanos.
La violencia una vez más trastoca la tranquilidad de los capitalinos, y lo más preocupante es saber que un tipo al que la gente describe como gordo, oliendo a marihuana y con un arma tome de rehenes por espacio de media hora a un puñado de comensales y les bloqueo la salida con el pretexto de que no había garantías para que salieran.
¿Qué hubiera pasado si los del otro bando logran penetrar su cinturón de seguridad? tal vez estaríamos hablando de una tragedia, esto es una llamada de alerta para autoridades capitalinas y la jefa de gobierno Clara Brugada.
FOTOGRAFÍA: RECORD