Durante diciembre de 2019 se registraron en Wuhan, China, los primeros casos de una nueva enfermedad respiratoria causada por lo que sería identificado más tarde como el coronavirus SARS-CoV-2.
Creció rápidamente el número de casos de esta enfermedad, bautizada como Covid-19, por lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió el 30 de enero de 2020 la Declaratoria de Emergencia de Salud Pública.
El nuevo virus comenzó a esparcirse por todo el mundo. El 27 de febrero se detectó el primer caso de Covid-19 en México y el 11 de marzo, tras el incremento exponencial de casos en China y exportados de este país, la OMS decidió dictar la declaratoria de pandemia.
A cinco años de la pandemia de Covid-19 –y con la memoria todavía fresca de lo que ocurrió–, todas las instituciones tendrían que asumir la responsabilidad de diseñar un programa que nos permita responder con más eficacia a la siguiente pandemia que tarde o temprano nos golpeará.
Se debe considerar que, por ejemplo, el virus A(H5N1) –causante de la influenza o gripe aviar– ya circula por todo el mundo y que faltan pocas mutaciones para que pudiera adquirir la capacidad de transmitirse de humano a humano… Además, hoy en día hay múltiples problemas de salud de alto riesgo, como la poliomielitis, que ha resurgido, y en la frontera de México con Estados Unidos, el sarampión, del cual se han reportado numerosos casos en Texas.