Dejar un celular a un niño o niña sin supervisión, es como dejarlo solo en el mundo real, es decir, equivale exactamente a los mismos peligros,
El uso de los celulares sea posterior a la etapa escolar, es decir, la primaria, porque a esta edad pueden tener una rutina mucho más establecida, acotar algunos límites, reglas y también es importante que entiendan las dificultades que el uso de los dispositivos tecnológicos pueden acarrearles.
Algunos padres o madres les proporcionan el celular a sus hijos para mantenerlos ocupados mientras ellos se encuentran en otra actividad. Sin embargo, deben tomar en cuenta tres factores: el tiempo, el propósito y el contexto de uso.
Respecto al tiempo, se recomienda que los niños y niñas antes de los 10 años lo usen máximo dos horas diario, con intervalos de media hora. Esto implica sumar el tiempo.
Además es importante que se pregunten cuál es el propósito de sus hijos para utilizarlos. Por ejemplo, pueden utilizar los dispositivos en la escuela para realizar actividades escolares y en la casa para hacer las tareas, además las dos horas deben contar la televisión y las plataformas streaming.
Entre los intervalos de media hora, debe haber actividades físicas o de interacción social. De hecho, cuando se usa el celular de manera ininterrumpida se generan dificultades para el niño o la niña presentando conductas sedentarias que dan como resultado problemas de salud.
También los videos deben usarse de forma consciente ya que el exceso puede crear dificultades en el neurodesarrollo.
En el caso del celular, que es un dispositivo móvil y que puede llevarse a diferentes espacios fuera de casa, deben tomarse en cuenta otras particularidades, añadió Karla Cervantes.
Por ejemplo, el uso de tiempo, el contenido que se mira y con qué propósitos. Entonces, más allá de una edad en específico, hay que tener en cuenta que los niños y niñas ya tengan ciertas características, cómo entender las problemáticas a las que se podrían enfrentar, los riesgos que tiene el uso de la tecnología y particularmente del internet.
De hecho lo óptimo sería establecer límites; horarios específicos, lugares donde hacerlo, y tiempo máximo. Siempre priorizando el sueño, el deporte y la alimentación.
De hecho los adolescentes no tienen un filtro, en su pensamiento crítico, que les ayude a identificar lo que realmente se muestra y ocurre. Por eso tienen dificultades, sobre todo en cuanto a quiénes son y las decisiones que deben tomar en el día a día.
En el caso del uso del internet hay otras preocupaciones como el contacto con extraños, de hecho no se tiene la certeza de que un niño o niña de 10 años esté hablando con una persona de su misma edad.