La Turritopsis dohrnii, conocida como la “medusa inmortal”, ha despertado un interés significativo en la biología del envejecimiento y la regeneración, gracias a su capacidad para revertir su ciclo de vida. A diferencia de otros organismos, esta especie puede regresar a su fase de pólipo en respuesta a situaciones de estrés, lo que le permite iniciar su ciclo de vida indefinidamente.
Esta capacidad de “rejuvenecimiento” plantea preguntas fascinantes sobre los mecanismos biológicos que evitan el daño celular y mantienen la integridad genética, aspectos que pueden ofrecer claves para entender mejor el envejecimiento en otros organismos.
Aunque la Turritopsis dohrnii es conocida desde los años 90 del siglo XX, su pequeño tamaño (máximo 4.5 milímetros) dificultaba su análisis genómico.
En comparación con el genoma humano, que tiene unos tres mil millones de pares de bases, el de la medusa es considerablemente más pequeño, con aproximadamente 300 millones de pares de bases. Este tamaño más reducido, indicó Miranda Rodríguez, facilita la exploración de su estructura genética y los mecanismos que permiten su rejuvenecimiento.
En un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el equipo de la Universidad de Oviedo presenta un estudio detallado sobre los cambios en la expresión génica durante el proceso de rejuvenecimiento de la “medusa inmortal”. Este análisis ha identificado señales de silenciamiento génico mediadas por la ruta Polycomb (sistema de regulación epigenética que se encarga de la homeostasis y especificación celulares), así como un incremento en la expresión de genes asociados a la pluripotencia celular.
Es posible que la medusa muera si sufre daño en sus funciones vitales. Lo que la hace especial es su capacidad de realizar lo que llamamos ‘desarrollo reverso’. Esto significa que, una vez que llega a la adultez, puede volver a una etapa más juvenil, casi embrionaria, y este proceso puede repetirse indefinidamente. La capacidad única contrasta con la de otras medusas, que sólo revierten su desarrollo antes de alcanzar la etapa reproductiva”.