La jornada financiera con caídas históricas en las bolsas de valores a nivel mundial, los economistas lo llaman bear market o mercado bajista. Esta fuerte reacción fue provocada por el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles a las importaciones, medida que ha sido interpretada como el inicio de una guerra comercial global.
Monika Meireles, experta del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, explicó que esta reacción de los mercados responde al pesimismo generado por las nuevas políticas proteccionistas estadounidenses.
Las medidas, anunciadas el pasado 2 de abril, incluyen una tarifa base del 10 % a todas las importaciones, además de un esquema adicional de tarifas “recíprocas” que penaliza más castiga con aranceles más altos a los países que venden más de lo que compran a Estados Unidos.
“La lógica detrás de estas tarifas carece de fundamento económico”, señaló Meireles. “Se trata más bien de una narrativa política con la que Trump pretende hablarle a su base electoral, en especial a los trabajadores industriales desplazados por la globalización”.
De acuerdo con la especialista, aunque estas políticas buscan reubicar la producción dentro del territorio estadounidense, en la práctica podrían provocar una recesión económica global combinada con inflación: un escenario de estanflación.
Países como China y Vietnam son los más afectados por las nuevas tarifas, al contar con balanzas comerciales positivas frente a Estados Unidos. Por su parte, China anunció represalias arancelarias, lo que elevó la tensión en lo que ya se perfila como una guerra comercial bilateral.
Mientras tanto, el Reino Unido y otros países optaron por iniciar negociaciones con Washington para mitigar los impactos, indicó Meireles.
En América Latina, Brasil ha sido golpeado de forma indirecta, particularmente en el sector del acero y aluminio, afectado por tarifas especiales. A pesar de ello, aún hay margen para la diplomacia: “Más de 50 países han solicitado reuniones con el equipo económico de Trump para renegociar los términos”.
Aunque aún es temprano para medir el impacto real de estas políticas, los mercados han dejado claro su malestar. Inversionistas institucionales, fondos de inversión y ejecutivos como el CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, han pedido a la Casa Blanca postergar la entrada en vigor de las tarifas, programada para el 9 de abril. Sin embargo, Trump insiste en mantener su agenda sin modificaciones.
“El miedo de hoy en los mercados es un reflejo de la incertidumbre global que generan estas políticas”, concluyó Meireles. “Estamos frente a un momento clave, en el que la economía global podría cambiar de rumbo hacia un nuevo orden comercial menos cooperativo y más conflictivo”.
Para países como México, que mantienen una relación comercial clave con Estados Unidos, el panorama también es complejo. Tras la pandemia de COVID-19, el país se vio beneficiado por el fenómeno del nearshoring, que atrajo inversiones al ubicarse cerca del mercado consumidor norteamericano. Sin embargo, la incertidumbre actual pone en pausa ese impulso.
“Los inversionistas tendrán que rehacer cuentas”, advirtió Meireles. “Nadie quiere arriesgar capital en un escenario donde no se sabe qué aranceles enfrentarán mañana. Esta caída nos devuelve a una nube de incertidumbre que no es buena para ningún proyecto de inversión”.