La celebración de los Juegos Olímpicos de París 2024 se vislumbra como un evento significativo no solo por la magnitud deportiva, sino por el clima sociopolítico que lo rodea. En Francia, la tensión interna ha escalado debido a diversas controversias que envuelven al gobierno de Emmanuel Macron, incluyendo protestas por derechos laborales, apoyo a Palestina y críticas por la inversión en el evento deportivo.
En este contexto, resurge con fuerza el debate sobre la prohibición del uso del hiyab en atletas musulmanas francesas, una medida que ha sido acusada de discriminatoria y que se enmarca en una discusión más amplia sobre la laicidad y la identidad religiosa en Francia.
De acuerdo con el Dr. Moisés Garduño García, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el tema tiene tintes discriminatorios y políticos, que se encubren bajo la laicidad.
“En los últimos años, se ha hecho frecuente que la vestimenta y el aspecto de los musulmanes sean motivo de estereotipos a nivel mundial, sobre todo después de los ataques del 11 de septiembre que sufrió Estados Unidos. Entonces, ciertos aspectos de la gente vinculada a esta cultura generan incomodidad en los gobiernos porque los relacionan inmediatamente con el terrorismo e incluso hay actos de racismo por ese factor. Pero hay una interpretación mal encausada sobre el hiyab y lo que significa para las mujeres en varios países, aunque en este caso el foco es Francia”, dijo.
Garduño García indicó que para las mujeres el hiyab no es solo una prenda de vestir, sino que también es una expresión de identidad religiosa y de empoderamiento. Recordó que la escritora marroquí Fatima Mernissi, importante defensora de los derechos de la mujer en el mundo árabe e islámico, decía que el uso del hiyab debía ser permitido porque ningún gobierno puede decidir sobre el cuerpo de una mujer. Por tanto, el especialista universitario no comprende que el gobierno francés tenga una visión estrecha, rechazando la diversidad y atacando injustamente a las mujeres musulmanas francesas que usan esta vestimenta.
“El gobierno francés atenta contra los propios principios con los que se creó. Esta narrativa de conservar mi seguridad impulsando leyes discriminatorias difiere mucho de los valores de solidaridad, libertad de expresión y fraternidad que adquirieron tras la Revolución Francesa. Están poniendo en tela de juicio esos ideales por una mala interpretación de los símbolos. Es un radicalismo que afecta la libertad de expresión y credo, pero que a la vez pone en duda esa separación de Estado e Iglesia en Francia”, comentó.
Si bien los Juegos Olímpicos han sido el escenario perfecto para que a nivel mundial se haga visible este tema, las mujeres musulmanas han sufrido estas medidas discriminatorias desde hace tiempo. Por ejemplo, el año pasado la Federación Francesa de Futbol decidió no ajustar los horarios de comidas y entrenamientos durante el ramadán, y en 2022 la Federación Francesa de Baloncesto (FFBB) estableció: “Queda prohibido el uso de cualquier equipamiento con connotación religiosa o política en todos los niveles y para todas las categorías del baloncesto”.