Si gana Donald Trump, de acuerdo con Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del CISAN, en general la expectativa es que sea un gobierno con tendencias populistas, soberanistas, aislacionistas. Es decir, intentará cumplir algunas de sus promesas de campaña más visibles, como por ejemplo los temas de la frontera y la migración, lo cual implicará una amplia utilización de los recursos en esa dirección, y tendrá que sacrificar recursos para muchísimos otros programas sociales que se llevan a cabo en la actualidad.
En la parte social podríamos esperar muchas dificultades en materia de deportaciones, y de persecución de personas por su color de piel, por su preferencia sexual, en fin, un conjunto de temas que podrían hacer del panorama de convivencia en ciertos estados de la Unión Americana algo muy difícil. Habría que ver cuáles son los resultados de sus bravatas.
Sobre este principio soberanista, posiblemente también veamos una mayor influencia del gobierno federal en los estados demócratas, y podría llegar a cumplir algunas de sus amenazas sobre militarizar las ciudades santuario, esto llevaría a un incremento del autoritarismo en Estados Unidos.
En materia internacional esta promoción del soberanismo y el aislacionismo podría traer como consecuencia un alejamiento con sus aliados de la OTAN, y también producir un cambio de paradigma en la relación con los aliados de Estados Unidos.
Muy posiblemente estaríamos viendo el final de la guerra en Ucrania con altos dividendos para Rusia. Y un cambio en la estrategia del complejo militar industrial, incluyendo, por supuesto, la posibilidad de que cumpla sus amenazas de lanzar un ataque quirúrgico contra los cárteles mexicanos en territorio nacional. Se espera un escenario de cambio abrupto y utilización de recursos en direcciones muy distintas a las actuales.
Si gana Kamala Harris, según Estefanía Cruz, investigadora del CISAN
Ella habla de crear una economía de las oportunidades, donde la clase media –un sector que ha quedado descuidado porque usualmente hablamos de las clases trabajadoras o de las clases altas– va a recibir apoyo económico. Sobre todo dice que Estados Unidos es un país de emprendedores, entonces va a apoyar a las pequeñas y medianas empresas. No permitirá el aumento de impuestos para las clases medias y trabajadoras.
También buscará revitalizar la producción económica de Estados Unidos y modernizarla para que ya no sea dependiente de semiconductores y se mantenga a la vanguardia nuevamente en el extranjero.
En materia de política exterior ha dicho que se apoyará en organismos de cooperación multilateral y se promoverán los tratados internacionales para reconstruir las relaciones con los aliados. Seguirán en la OTAN, que es algo que preocupa mucho a los europeos y ha prometido que buscará un tratado de paz entre Israel y Palestina, no un alto al fuego.
La comunidad internacional está muy entusiasmada con la candidatura de Kamala Harris, porque durante el periodo que estuvo Donald Trump como presidente hubo muchísimos retrocesos en el multilateralismo internacional. Fue un presidente que casi no viajaba al extranjero y no tenía ningún interés en promover alianzas nuevas. Solamente hacía comentarios de algunos líderes internacionales y llamadas intentando de esta forma personal resolver los conflictos. Se necesitan los tratados, se citan acuerdos internacionales, juntas de todos estos órganos internacionales.
Además, también a nivel internacional hay varios movimientos para empoderar a las mujeres, y es importante que uno de los países más influyentes tenga a una mujer como presidenta.