Uno de los problemas más frecuentes en las grandes ciudades es el tráfico. Trayectos que normalmente tomarían 10 minutos, se convierten en recorridos de media hora. La congestión vehicular se hace desesperante, haciendo que perdamos tiempo valioso que podríamos invertir en otras actividades.
Desde hace 12 años, el índice TomTom Traffic realiza un conteo evaluando el tráfico de 387 ciudades alrededor del mundo, considerando factores como el promedio de viaje, los gastos en combustible y las emisiones de CO₂. En este ranking, la Ciudad de México ocupa el puesto 13 a nivel mundial y, considerando solo las ciudades del continente americano, se posiciona después de Toronto, Canadá.
Los habitantes de la Ciudad de México pierden aproximadamente seis días y ocho horas al año en el tráfico (152 horas), generando 983 kilos de CO₂. La pérdida de gasolina es equivalente a llenar el tanque ocho veces. Un recorrido de 10 km, que debería hacerse en 14 minutos, toma el doble de tiempo.
Dante Pérez Méndez, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, analiza con nosotros las medidas que han implementado las autoridades para mitigar el tráfico, cómo mejorarlas y cómo pueden contribuir los propios conductores.
El investigador universitario resalta la necesidad de que las autoridades aborden el fenómeno de la movilidad como un problema multifactorial, apoyándose en herramientas como la ciencia de datos y la inteligencia artificial.
La Ciudad de México, una metrópoli que ha crecido de forma desorganizada y con una población flotante considerable, ya representa un reto en términos de movilidad. “Hay zonas de la ciudad que carecen de infraestructura adecuada y transporte público eficiente, y los principales atractivos y empleos están centralizados en pocas áreas”, explica Pérez Méndez.
Profundizando en las causas del tráfico, señala que deben abordarse individualmente, considerando a todos los actores: automovilistas, ciclistas, peatones, la infraestructura, el reglamento de tránsito, los horarios laborales y la planeación urbana.
Pérez Méndez propuso en su tesis doctoral carriles reversibles con horarios flexibles en la Ciudad de México, medida que podría reducir el tráfico hasta en un 40%. “No siempre se requiere de grandes inversiones para lograr cambios significativos; propuestas económicas pueden mejorar considerablemente la movilidad”.
Actualmente, la CDMX cuenta con nueve carriles reversibles operados de forma manual y con horarios fijos, lo que no permite adaptarse a imprevistos como accidentes o eventos meteorológicos. La propuesta es que, mediante cámaras y sensores, estos carriles se habiliten automáticamente según las necesidades del momento. “Esto no es tan costoso como construir segundos pisos o distribuidores viales, pero puede ser igual de efectivo. Se requiere inversión en talento humano, como científicos de datos e ingenieros de transporte”, indica Pérez Méndez.