En la región de Assam, al noroeste de la India, las cenas de fin de año se engalanan con carne de rata de campo, que se prepara cocida o asada. La rata de campo, considerada todo un manjar, es preferida por encima de los guisos con aves.
En países del occidente de África, como Nigeria y Ghana, un platillo muy común es la sopa de okra, una verdura también llamada quingombó, muy abundante en aquella región. Se le agregan trozos de carne de res y fufú, una masa blanca preparada con un tubérculo parecido a la yuca que también es básico en la cocina de la región.
Pero como no nos gusta quedarnos atrás, en nuestro México lindo y querido también nos gusta la comida exótica. Para quienes consideren tener un paladar sofisticado, en el mercado de San Juan, en la Ciudad de México, podrán encontrar todo tipo de rarezas para complementar las cenas de fin de año.
Para ciertos paladares, nuestro país tiene una amplia oferta gastronómica exótica que retoma las raíces prehispánicas y las fusiona con la cocina contemporánea.
Rata de campo. Zacatecas. Se prepara en caldo de verduras cocidas, con recaudo frito y una salsa picosita. Este platillo se consume desde hace años en la comunidad minera zacatecana.
Caballo. Tamaulipas. Su sabor es muy parecido al de la res. Se puede pedir en filetes o como carne molida. Un platillo muy común de carne de caballo es el filete de solomillo en salsa verde con verdolagas.
Tantarria. Querétaro. Es un tipo de chinche considerada un ingrediente exótico de la cocina semidesértica queretana. Se consume frita o cocida y se sirve con salsa venadita, que se prepara con xoconostle, ajo, chile bandeño y sal.
Gusanos de Maguey. Tlaxcala. Entre las variedades de estos gusanos encontramos los rojos y los blancos. Se fríen en manteca y se acompañan con salsa de chile guajillo.
Venado. Yucatán. Con carne de venado, se prepara el ozik, una especie de salpicón bañado con cítricos y adornado con rábanos. Se sirve en tortillas calientes o en caldo de frijol.
Acociles. Estado de México. Pequeños crustáceos de río que eran una fuente de proteína para los aztecas. Se preparan fritos acompañados de tortillas.
Cocodrilo. Ciudad de México. Su sabor oscila entre la carne de pollo y el pescado, tiene un alto valor nutritivo. Se prepara en pipián verde o a la plancha.
Escamoles. Hidalgo. Este alimento de origen prehispánico es la hueva de hormiga. Los escamoles se pueden preparar fritos con mantequilla y epazote, con huevo o en salsas.
Mariposas. Puebla. Las cuetlas son larvas de mariposas que crecen en los árboles y en plantas de zonas volcánicas. Se lavan y se asan en comal, se acompañan con chile seco y tortilla.
Armadillo. Oaxaca y Chiapas. Se guisa con achiote, limones, ajo, chile, guajillo y cebolla molida. Se sirve acompañado de totopos y cilantro picado. Está en peligro de extinción.