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El largo caminar y la búsqueda incansable por encontrar los cuerpos de sus familiares desaparecidos ha motivado a múltiples artistas a sumarse solidariamente a los colectivos de indagación, en ocasiones con picos y palas, pero en otras a través de su quehacer artístico y cultural, tal es el caso de Sabina Aldana, Laura Uribe, Tania Andrade y Fabiola Rayas, quienes participan en la exposición Performatividades de la Búsqueda, cuyos esfuerzos de lucha contra la desaparición forzada se exhiben en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante el Ciclo Martes de Artes Visuales, organizado por la Coordinación General de Difusión y la Galería Metropolitana, Aldana, integrante del Laboratorio de Artistas Sostenibles y autora de Indumentarias para no desaparecer, explicó que su proyecto nació de una investigación –iniciada en 2019– y que junto a Ileana Diéguez Caballero, académica del Departamento de Humanidades de la Unidad Cuajimalpa, bajo el cobijo de la UAM, emprendió un acompañamiento a los colectivos de familiares de personas desaparecidas, cuyo transcurrir y experiencia le cambió la vida, procurando ser útil desde su propio campo de acción como diseñadora de vestuario.
Indumentarias para no desparecer es un dispositivo escénico compuesto por una serie de prototipos de vestuario donde ésta es el epicentro y detonador del discurso, el cual dialoga entre lo real y lo ficticio para resistir la desaparición en México.
La exposición que alberga la Galería Metropolitana exhibe tres de cinco piezas inspiradas en siete vestimentas de distintos colectivos de búsqueda alrededor del país.
Uribe, participante de este proyecto, dijo que lo más valioso es que este trabajo se hizo junto a los familiares a partir de charlas y testimonios de búsqueda, por lo que estas piezas atienden distintos conceptos y se transitan a través de la voz de los familiares, lo que resulta en una obra interdisciplinar en la que el sonido, los testimonios, las indumentarias y los prototipos son muy importantes.
Andrade, colaboradora de “Bordados por la paz y la memoria. Una víctima un pañuelo”, explicó que esta iniciativa inició en 2011, cuya intención es bordar un pañuelo por cada caso de víctima de la violencia. En color rojo se borda a las personas que han sido asesinadas y el verde a las que han sido desaparecidas.
Esto se hace en espacios públicos con el fin de visibilizar el problema, de hablarlo y contribuir en forma colectiva a la construcción de este memorial, encontrando en esta tarea la manera de hacer frente a la situación de impunidad y barbarie que se vive desde hace muchos años en México.
Rayas, integrante del colectivo “Familiares Caminando por Justicia” de Michoacán, señaló que el performance de transitar es un trabajo que surge de la idea de una silla vacía con unos zapatos y fue en el año 2014 cuando junto a Laura Orozco platicaron la idea de recorrer a pie los espacios de los desaparecidos, con sus zapatos como un elemento evocativo del cuerpo desdibujado de la víctima.
La organización inició con tres familias que empezaron a hacer estas marchas que recorren los lugares cotidianos de los desaparecidos, las cuales también van documentando en bases de datos que con el tiempo han generado una cartografía que ha servido para visibilizar y registrar los sitios que han sido atravesados por la violencia y por los afectos de estas familias.
Foto: Zona Docs
