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Medir la duración del latido cardiaco en el electrocardiograma representa una opción para identificar fetos con problemas de desarrollo, lo que permitiría ayudar en el tratamiento oportuno y, por tanto, a reducir efectos adversos producidos por dificultades de oxigenación perinatales, señaló la doctora Aída Jiménez González, académica del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien –junto con la doctora Norma Castañeda Villa– obtuvo el Premio a la Investigación 2022, en el Área de Ciencias Básicas e Ingeniería.
A pesar de los esfuerzos destinados en el mundo y en México, el número de muertes fetales por causas desconocidas no se ha reducido de manera significativa y persisten las preguntas sobre “por qué un feto que durante el último estudio se clasificó como de bajo riesgo falleció, sin explicación alguna”, ante lo cual hay diferentes causas: falta de experiencia por parte de especialistas y de sensibilidad en la tecnología que se utiliza, o ignorancia respecto de los mecanismos involucrados en la fase fetal, en especial los relacionados con asuntos de oxigenación, explicó en entrevista.
Una de las técnicas consiste en colocar electrodos en el abdomen materno para registrar el electrocardiograma fetal, es decir, la actividad eléctrica del corazón y entonces medir el intervalo entre los latidos de este órgano, que es un indicador indirecto del balance en el sistema nervioso periférico, esto es, del desarrollo neurológico, lo que ofrece una ventana de observación indirecta y continua muy interesante para conocer esa ruta, con miras a tener datos que faciliten la detección de situaciones adversas en torno a la oxigenación fetal.
El proyecto se basa en los resultados alcanzados, pero “el reto es el mismo, en términos de que obtener la información del latido podría convertirse en una herramienta de apoyo importantísima para la clínica; sin embargo es necesario resolver cómo adquirir la señal cardiaca fetal en forma no invasiva.
Durante décadas se ha investigado cómo separar y recuperar la señal fetal, así como descartar todo lo demás, sin alterar aquello “que nos interesa, lo cual ha llevado al desafío metodológico de encontrar estrategias para poder separar dicha señal de manera que se garantice una medición confiable de la duración del latido cardiaco”.
La propuesta de la UAM es crear una herramienta computacional “como técnica de separación de la información, pero en particular el enfoque es saber cuántos electrodos colocados en el abdomen serían suficientes” para identificar bien los datos sin requerir mucha carga computacional ni almacenamiento de registros.