La UNESCO rinde tributo a las víctimas del Holocausto esta fecha, pues se conmemora la liberación ocurrida en 1945 por parte de las tropas soviéticas, del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis asesinaron a casi seis millones de judíos europeos. Este genocidio es conocido con el nombre de Holocausto.
En el período de 1933 a 1939, los nazis le hicieron cada vez más imposible la vida a los judíos en Alemania. Los judíos son víctimas de discriminación, exclusión, robo y violencia. Los nazis, por lo general, también asesinaban a judíos, aunque no de una manera sistemática o con la intención de matar a todos los judíos en general.
Un artículo de Amnistía Internacional refiere que alrededor de 1,1 millones de personas murieron en Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio de la historia de la humanidad. Las cámaras de gas y los hornos crematorios llegaron a matar hasta 5.000 personas por día. El horror causado del holocausto nazi por la masacre jugó un papel fundamental en la adopción, en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La publicación refiere que pasada la medianoche del sábado 27 de enero de 1945, los soldados rusos de la División de Infantería 322 del frente ucranio reciben la orden de avanzar. Llevan días intentando proseguir su camino hacia Alemania, pero una dura resistencia les retiene a las afuera de Auschwitz, una pequeña localidad al oeste de Cracovia.
Aunque tiene tan solo 19 años, Yakov Vincenko es ya todo un veterano de la Segunda Guerra Mundial, pues se incorporó a las filas del Ejército Rojo en 1941.
Vincenko acababa de traspasar lo que muchos calificarían después como las puertas del infierno. Por el enorme campo de Auschwitz-Birkenau deambulaban 2.819 supervivientes, moribundos que no habían podido ser arrastrados por los guardias de las SS a una enloquecida huida para eliminar las pruebas del horror. Esta marcha de la muerte se cobraría la vida de un cuarto de los 60.000 prisioneros evacuados.
Días después, fotógrafos y cámaras soviéticos toman las primeras imágenes de los supervivientes. Rostros demacrados, casi cadavéricos, miran alucinados a la cámara. Decenas de niños se levantan las mangas de sus ajados uniformes de rayas para mostrar los números tatuados que eran su única seña de identidad.
Son imágenes espectrales, a pesar de que el paso de los días y la ayuda recibida ha permitido a los internos recuperar algo de humanidad. El día de la liberación muchos prisioneros no han sido capaces ni de comer. El comandante Anatoly Shapiro explicará años después: “Montamos algunas cocinas de campaña y preparamos alimentos ligeros. Algunos de ellos murieron al comer. Sus estómagos no funcionaban”.
Algunos de ellos murieron al comer..sus estómagos no funcionaban: Auschwitz
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