Con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas -que se conmemora el 30 de julio- la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también alerta: en el mundo, especialmente en los países en desarrollo, las medidas contra este fenómeno parecen deteriorarse pues las tasas de detección cayeron 11 por ciento en 2020 y las condenas 27 por ciento, lo que ilustra una ralentización global de la respuesta de la justicia penal.
Además, con la pandemia por la COVID-19 también se ha vuelto aún más clandestino, aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas, lo que hace menos probable que las autoridades conozcan de estos casos graves de violaciones a las garantías fundamentales.
No hay estadística porque se carece de denuncias y tampoco hay identificación de víctimas. “Los datos que tenemos de personas sentenciadas por trata son menores, porque el sistema judicial castiga por el delito demostrable no el realizado. Hay muchas sentencias que, probablemente, hayan sido trata, pero son por otros delitos”, asegura Fuentes Alcalá.
La ONU reporta que 41 por ciento de las víctimas que consiguen escapar de esta experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha se quedan cortas.
La trata es despojar a un ser humano de todos sus derechos y convertirlo en “algo” que consume otro ser humano. Se puede asegurar que una víctima lo ha sido también de múltiples violencias: psicológica, económica, social, incluso sexual, puntualiza el doctor en Ciencias Políticas y Sociales, quien fue presidente del Consejo Consultivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF México 2008-2010) y es miembro permanente.
“Hay testimonios sobre organizaciones criminales que van a localidades y toman jóvenes de 13, 14 años y los reclutan. Eso no excluye la otra dimensión que es muy compleja. Hay relatos de familias que venden a la hija o hijo o los dan en matrimonio forzado”, insiste.
El experto destaca que antes se consideraba que ese flagelo iniciaba con el secuestro o sometimiento. Ahora también se ha documentado que, en no pocas ocasiones, el proceso de “enganche” es con base en el enamoramiento.
“Hay sujetos que requieren tanto afecto que asumen que hay una relación de amor con otra persona y después se dan cuenta de la explotación. El método de ‘enganche’ son las redes sociales”, subraya.
Fuentes Alcalá advierte que las personas en tránsito en nuestro país o que migran a otros lugares también son vulnerables a múltiples delitos, incluido la trata.
Trata de personas; familias venden a sus hijas o las dan en matrimonio forzado
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