En México no sólo se debe transformar el sistema nacional de salud, sino que “debemos incidir en la mejora de la atención de las enfermedades crónicas y de la calidad de vida de las personas para lo cual las acciones de política pública son fundamentales”, afirmó el doctor Eduardo César Lazcano Ponce durante el Foro Salud y Bienestar, organizado por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El director general del Instituto Nacional de Salud Pública señaló que para la atención de estos padecimientos se puede actuar desde diversas condiciones, repercutiendo en los determinantes sociales de la salud, específicamente desde la creación de un modelo de atención primaria.
Respecto de la alta frecuencia de enfermedades crónicas en el país, refirió que padecimientos cardiovasculares, diabetes mellitus y cáncer han sido las principales causas de morbimortalidad, aunado al COVID-19, que en los últimos dos años fue el primer motivo de muerte y “sin duda tendrá consecuencias por las complicaciones tardías y frecuentes de muchos que la sufrieron”, apuntó.
Actualmente “vivimos en un entorno poco saludable –que no es privativo de México, sino global– donde “encontramos alimentos ultraprocesados o industrializados, cuyas calorías son poco saciantes e hiperglucemiantes, debido a los avances tecnológicos y la agroindustria, pero también a los tratados de libre comercio y la globalización, en particular en el contexto de aculturación acelerada y la pobre regulación del ambiente alimentario”.
Lazcano Ponce citó los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición que desde 2020 se aplica de manera anual, cuyos objetivos primordiales son desarrollar y determinar los niveles de desnutrición, obesidad, así como la distribución de enfermedades crónico degenerativas en adultos, que entre muchas otras variables parte del estudio de factores ambientales, socioeconómicos y culturales, que son determinantes en el proceso.
“Aunque durante los últimos años se estancó la baja talla, llama la atención el aumento del sobrepeso en menores de cinco años por diversos factores del entorno y una menor práctica de lactancia materna exclusiva que para los estándares internacionales se recomienda en más de 60 por ciento”, subrayó.
En el grupo de 5 a 11 años de edad también se incrementa la obesidad y el sobrepeso en más de diez puntos porcentuales, en tanto que en las mujeres un 4.4 por ciento de la población adulta tiene obesidad mórbida.
De acuerdo con la Encuesta “encontramos la prevalencia de diabetes mellitus, en tanto que la mitad de la gente que la padece no sabía que tenía hipertensión, lo que debe llevar a realizar diversas acciones como el etiquetado frontal de bebidas azucaradas y acciones en las cooperativas de las escuelas para evitar la comida chatarra”.
