La Tierra Santa es el territorio geográfico que comprende todos los sitios en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. El concepto tiene una evolución evidenciada en las mismas Escrituras. Para algunas fuentes bíblicas se circunscribe a la Tierra Prometida, término que tiene a su vez diversas interpretaciones; para otros, se refiere a todos los territorios en los cuales se desarrollaron algunas escenas bíblicas.
El nombre de «Tierra Santa» hace referencia a un hecho histórico y religioso de sacralidad de la tierra, según el concepto judeocristiano. La «tierra» se hace «santa» cuando entra en el plan divino de la salvación, de la misma forma que se habla de «hombres santos», «mujeres santas» y «lugares santos». En tal caso, la santidad no tiene su origen en el objeto o sujeto, sino en la divinidad.
La historia de Tierra Santa tiene por objeto satisfacer la necesidad espiritual, fortificar las creencias (da una idea del pueblo hebreo y resume la vida y predicación de Jesucristo), y fundamenta los Santos Lugares.1 Según la definición de Historia como la enseñanza de la vida, la historia de Tierra Santa se basa exclusivamente a la enseñanza religiosa de la religión y de los Santos Lugares.1
Contemporáneamente, se entiende como Tierra Santa todos los lugares en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas tanto de la Tanaj (Antiguo Testamento) como del Nuevo Testamento. Semejante definición crea un rango bastante amplio, que a su vez tiene diferentes divisiones. En tal caso, Tierra Santa comprende territorios en menor o mayor grado de los siguientes países modernos:
Palestina, especialmente Cisjordania (Judea y Samaría).
Israel.
Líbano.
Egipto, territorio de la estadía del Pueblo elegido por 400 años y posteriormente territorio del surgimiento del monaquismo cristiano.
Irak, la antigua Caldea, tierra natal de Abraham y posteriormente de otras muchas escenas bíblicas.
Siria, territorio de antiguas rivalidades nacionales contra Israel (los asirios), tierra de refugio del profeta Elías en Serapta, tierra de la conversión de Pablo de Tarso y sede de una de las primeras iglesias históricas: la Iglesia Siria de Oriente.
Turquía, Grecia y Creta; es decir, la Hélade o territorio de la antigua civilización griega, sede de una de las primeras iglesias históricas: Antioquía.
Otros territorios en menor medida podrían ser considerados bíblicos, pero tienen más una relación por extensión como la península Itálica, centro fundamental del Imperio romano y en donde dice la tradición que murieron los apóstoles Pedro y Pablo, padecieron el martirio los primeros cristianos e innumerables judíos, y se dio el surgimiento de destacados Padres de la Iglesia y del rabinismo. Pero el territorio italiano pertenece más al desarrollo de las dos religiones hermanas de nuestra era que a los relatos bíblicos en sí y, por lo tanto, no entra estrictamente en la categoría de Tierra Santa.
Israel, tierra santa más bombardeada y disputada
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