“Somos animales con necesidades simbólicas, que precisamos de representar las cosas que no entendemos, requerimos darle sentido a lo que no podemos comprender y refugiarnos en elementos más allá de la vida cotidiana”, opinó el antropólogo de la religión Ariel Corpus Flores, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
El especialista señaló que en el contexto actual prevalece el paradigma de la secularización, que sostiene las explicaciones del mundo con base en la ciencia y en los descubrimientos. “Esta tendencia se ha venido posicionando a lo largo de las décadas de los últimos 100 años, pero ante ello lo religioso no ha mermado y sigue teniendo presencia en muchas de las sociedades y culturas”.
Consideró que la presencia de la religión continúa porque muchas veces la ciencia no tiene todas las respuestas, y no todas las explicaciones con base en el racionamiento científico cumplen las expectativas de las personas ni satisfacen el sentido de la vida en los individuos, lo que sí hace el simbolismo de la religión.
Corpus Flores, profesor de la licenciatura en Antropología de la FCPyS, detalló que los seres humanos somos tendientes a practicar alguna ritualidad, creer en alguna deidad o entidad diferente a nosotros. “Esto genera certeza, certidumbre, procesos de identidad y de cohesión, elementos que hacen que lo religioso permanezca a pesar de que en nuestras sociedades se impone un paradigma científico”.
Mencionó que lo religioso es parte de la identidad, y que cuando chocan dos personas arraigadas en diferentes creencias puede haber conflictos.
“Como expresiones, las religiones están situadas en elementos muy diversos, y somos nosotros quienes les adjudicamos valores positivos o negativos. Pero cuando expresan otro sistema de creencias y valores, en ese momento pueden chocar. Lo religioso nunca está aislado, siempre permanece cerca de otras posturas, como puede ser la política”, indicó.
Para analizar la situación de las religiones en México, Corpus Flores citó el Censo Nacional de Población y Vivienda, elaborado en 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Refirió que, según ese estudio, en 2020 el 77.7 % de la población se declaró católica; es decir, 19 puntos menos desde 1980 y 10.2 puntos abajo que en el año 2000.
Las personas que declararon pertenecer a iglesias protestantes y evangélicas pasaron de 3.2. % en 1980 a 7.3 en 2000, y a 11.2 en 2020.
Por su parte, quienes se declaran sin religión alcanzaron para 1970 un 1.6 %, 3.1 en 1980, 4.7 en 2010 y 10.6 en 2020, considerando a personas que no profesan ninguna religión y aquellas que se reportaron como creyentes, pero sin adscripción religiosa. En síntesis, uno de cada 10 individuos en México no pertenece a credo alguno, finalizó.