La posibilidad de que exista vida en otros mundos es algo que siempre ha inquietado a la humanidad. Ya en el siglo quinto antes de nuestra era, el filósofo griego Anaxágoras (500 a.C.- 428 a.C.) creía que la Luna estaba habitada y que “los gérmenes invisibles de la vida que son la causa del origen de todo ser vivo, están sembrados por todas partes”.
Hace más de 200 años, otro filósofo griego Metrodoro (siglo III a.C.) aseguraba que “creer que el nuestro es el único mundo habitado en el espacio infinito es tan absurdo como asegurar que en un vasto campo sembrado ha crecido sólo una espiga de trigo”.
Sin embargo, a pesar de ser un tema abordado desde el pasado, la posibilidad de que exista vida fuera de nuestro planeta y de que hayamos sido visitados por seres de otros mundos son dos incógnitas que no han tenido una respuesta científica hasta el día de hoy.
Lo anterior no ha sido por falta de interés, al contrario. Las investigaciones para encontrar rastros de vida fuera de la Tierra es un trabajo transdisciplinar en el que convergen la química, la astronomía, la biología y las ciencias de la Tierra, por mencionar algunas de las disciplinas, aseguró el doctor José Franco del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Para estudiar las posibilidades de vida fuera de nuestro planeta se han utilizado tres métodos:
1. Búsqueda de vida microbiana en cuerpos celestes como lunas, asteroides, cometas y planetas. En particular, se han estudiado nuestra Luna, Marte, Venus y algunos asteroides. Por ejemplo, Japón envió la nave espacial robótica Hayabusa 2, la cual tomó una muestra del asteroide Ryugu. Científicos de Japón y de la NASA están analizando el material. Además, nueve sondas han recorrido Marte en busca de señales de vida, entre ellas Curiosity y Perseverance.
Probablemente en los próximos años llegarán sondas espaciales a Europa (luna de Júpiter) y Encélado (luna de Saturno) para buscar in situ algún indicio de vida microbiana en esos mundos.
2. Búsqueda indirecta. En los últimos años se han descubierto más de cinco mil exoplanetas, mundos más allá de nuestro sistema solar. Uno de los instrumentos utilizados para este fin fue el telescopio espacial Kepler; sus imágenes revelaron miles de planetas alrededor de estrellas, similares a la Tierra. La NASA anunció el final de sus operaciones en 2018.
Por otra parte, el poderoso telescopio James Webb está captando información que permite a los astrobiólogos identificar planetas potencialmente habitables fuera del Sistema Solar.
3.- Otra forma de buscar vida es detectar señales de radio provenientes del espacio. Esto se basa en la hipótesis de que cualquier civilización lo suficientemente desarrollada emitirá ondas de radio que pueden ser detectadas por los radiotelescopios. En la Tierra, sin que nos demos cuenta, este tipo de ondas son emitidas debido a las actividades cotidianas (uso del televisor, radio, teléfono).
Además, se han enviado mensajes al espacio. En 1972 se lanzó la sonda espacial Pionero 10 (Pioneer 10), cuyo objetivo era estudiar Júpiter. Una vez realizada esta misión seguiría su viaje por los confines del espacio; por ello se decidió colocar un disco con mensajes simbólicos por si la sonda llegaba algún lugar habitado o por si se topaba con un ser inteligente. Años después se repitió el experimento con las sondas Viajero 1 y 2 (Voyager 1 y 2).
En 2008, se envió un mensaje hacia la estrella Gliese 876, situada a 15 años luz de la Tierra, la cual tiene al menos tres planetas. Se cree que uno de ellos puede tener condiciones favorables para que se desarrolle la vida.