No depilar el cuerpo femenino: un acto de rebeldía

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Cuando una mujer se deja el vello en las piernas, brazos e incluso axilas, es criticada y mal vista por la sociedad. Sin embargo, esto representa un pequeño acto de rebeldía ante el patriarcado, afirmó Alejandra Collado, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM.

Desde el antiguo Egipto y Grecia, tanto hombres como mujeres practicaban la depilación. Estas prácticas de belleza otorgaban un estatus, ya que solo las personas más acaudaladas podían llevarlas a cabo.

Más adelante, en los siglos XIX y XX, la depilación se vinculó estrechamente con la feminidad. Se asumía que las mujeres debían estar depiladas desde las axilas hasta las piernas. En la actualidad, si no se depilan, se les asocia con falta de higiene y mal olor.

Desde entonces, se ha desarrollado una industria enfocada en la depilación femenina, que abarca desde rastrillos hasta cremas que inhiben el crecimiento del vello.

Por otro lado, a los hombres se les permite tener vello en axilas, cara y espalda sin asociarlos con estereotipos negativos.

La imposición de la depilación comienza desde la adolescencia. “Si eres una niña con bigote, cejas prominentes, vello en los brazos y las piernas, eres considerada fea”, señaló la académica. Esto conduce a bullying y presión para cambiar el aspecto físico.

La influencia proviene de diversas fuentes, como figuras públicas admiradas por jóvenes. “Es así como nos vamos constituyendo”, explicó Collado. La reina Isabel I de Inglaterra fue una de las primeras figuras públicas en depilarse las cejas, lo que popularizó esta tendencia.

 “La depilación está ligada a la distinción de clases sociales y al modelo de mujer deseable”, añadió la académica. La publicidad y los medios de comunicación refuerzan esta norma, promoviendo la idea de que las mujeres deben depilarse.

Si una chica tiene vello en las axilas, es común escuchar expresiones de rechazo. Las niñas enfrentan burlas y apodos desde la escuela, lo que afecta su autoestima, especialmente durante la adolescencia. Sin embargo, esto no sucede con los varones.

La aceptación social parece depender de la industria de la belleza, que incluye maquillaje, cremas y depilación. “Los hombres forman un estereotipo de mujer sin vello en el cuerpo”, explicó Collado. Rechazar este estereotipo se considera violencia estética.

El vello cumple funciones importantes, como proteger la piel y aislar la temperatura corporal. Aunque se cree que el vello en las axilas acumula mal olor, una buena higiene personal evita este problema.

En los años 60 y 70, el movimiento hippie incluyó mujeres que dejaban crecer su vello naturalmente. Hoy, una nueva ola feminista incentiva a las mujeres a cuestionar la necesidad de la depilación. “Es una toma de conciencia muy importante”, concluyó Collado. Elegir no depilarse es un acto de resistencia y rebeldía.

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