Neumonía, una de las principales causas de atención hospitalaria en México

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en el mundo, la cual provocó en 2019 la muerte de 740 mil 180 menores de cinco años, lo que supone 14 por ciento de las defunciones de ese sector de la población.

En México, según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública, se diagnosticaron más de 127 mil casos nuevos de neumonía y bronconeumonía en 2021, afectando principalmente a esa población y a adultos mayores de 65 años, aunque el padecimiento se presenta a cualquier edad. En 2020 poco más de 57 mil personas fallecieron por neumonía e influenza.

Se trata, refiere Jorge Salas Hernández, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM e integrante y exdirector del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, de una de las principales causas de atención hospitalaria en nuestro país, en adultos e infantes.

En este Instituto “está dentro de las cinco primeras causas de hospitalización. Es una enfermedad demasiado frecuente: millones de personas en todo el mundo se infectan, y algunos miles fallecen, destaca en entrevista.

Para prevenirla “hay que vacunarse y tomar las medidas de cuidados respiratorios. Es una infección tan frecuente que cualquiera la puede padecer, pero algunas personas tienen más riesgo. Ante cuadros respiratorios como los que se avecinan en la época invernal, lo mejor es acudir al médico”, enfatiza.

La neumonía, menciona Salas Hernández, es la inflamación de los pulmones como consecuencia de la presencia de microbios; es una infección aguda causada por bacterias, virus u hongos.

Las más comunes son las infecciones bacterianas, entre las que destacan las producidas por Streptococcus pneumoniae, aunque también algunos virus pueden causar formas complicadas de infecciones respiratorias superiores, como el SARS-CoV-2 que provocó la pandemia de la COVID-19.

El experto detalla que el cuadro depende de la situación de cada individuo, por ejemplo en una persona previamente sana provoca síntomas diversos, principalmente respiratorios y de malestar general, entre ellos tos y flemas.

Dependiendo de la extensión del padecimiento se pueden registrar manifestaciones como dificultad para respirar, aceleración de la frecuencia respiratoria y cardiaca o fiebre, en intensidad variable de acuerdo con la gravedad.

En quienes además padecen una enfermedad crónica, se pueden exacerbar los síntomas de su padecimiento previo. Por ejemplo, aquellos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) leve, pueden presentar más tos, expectoración y dificultad para respirar; en los diabéticos se descontrola la glucosa, y en los hipertensos la presión arterial.

Asimismo, apunta que la mayoría ha padecido cuadros respiratorios agudos, como bronquitis, enfermedad que tiene síntomas similares a la neumonía, es decir, tos, flemas, fiebre o malestar. La diferencia la hace el diagnóstico de esta última, que además de clínico, es radiológico: una radiografía de tórax muestra una mancha blanca en el pulmón del paciente, la cual significa que esa zona está inflamada debido a la infección. Dicha alteración puede registrarse en una pequeña área, la mitad o en todo el órgano, o en ambos pulmones.

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