“‘El amor es para siempre’, ‘el amor todo lo puede’, ‘es mi media naranja’ o ‘fue amor a primera vista’ son algunos mitos que aprenden las personas en los espacios donde se forman, desde la familia, la escuela, la religión, los medios de comunicación, hasta los libros, las películas, las canciones, etcétera. Lo anterior genera que se hagan a la idea de que existe alguien destinado para ellos o ellas, con quien harán sincronía; pero si esa persona no llega o no logran mantener alguna relación amorosa, en ocasiones es visto como un fracaso de la vida”, asegura Gabriela Gutiérrez Mendoza, jefa de la Unidad de Educación y Extensión para la Igualdad de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU).
Para crear un vínculo amoroso, es indispensable cuestionar y comprender que ciertas referencias con las que se crecen, como las del amor romántico, son solamente ideas, que aunque parezcan realidad, únicamente provocan que las personas sometan sus vidas y sus proyectos a un vínculo del cual posiblemente no recibirán lo que esperan de su pareja, subraya Gutiérrez Mendoza.
En ese sentido, Paulina Uribe Morfín, subdirectora de Transversalización de Políticas Universitarias de la CIGU, agrega que “para comenzar, se debe tener en cuenta qué es lo que entendemos por ‘amor’, porque si nuestra idea es una estereotipada del amor romántico, en el que las mujeres cumplen el papel de cuidadoras y los hombres el de conquistadores, esto nos hará dudar sobre si las relaciones sanas son posibles”.
Lo anterior es importante porque, por ejemplo, el amor romántico se va tejiendo con la violencia, y ésta se refleja en el aislamiento, dejar a un lado proyectos de vida, interrupción de clases o abandono de empleos, control económico; es decir, se entrega todo para ponerlo al servicio de la otra persona por el hecho de creer que ese es el modo en el que merezco ser amado o amada, explica la también trabajadora social Gutiérrez Mendoza.
A decir de Uribe Morfín, la importancia de construir relaciones sanas radica en que es necesario recuperar espacios de respeto, ayuda mutua y reconocimiento, “pues somos personas que nos interrelacionamos con otros, y hacerlo de dicho modo nos permitirá vivir en lugares más seguros para todos”.
No hay una fórmula mágica para construir relaciones amorosas sanas, más bien se tiene que aprender a comprender desde dónde las personas construyen su idea del amor. Lo anterior es importante para poder deconstruir ideas del amor romántico y, de ese modo, abrirse a la experiencia del otro en diversidad, en la empatía, el cuidado, en la capacidad de comunicar y expresar necesidades, así como corresponder a las de la otra persona, afirma la también psicóloga Uribe Morfín.
“El amor es un proceso social, no es individual, por lo tanto es un elemento de justicia. Si estás en pareja sabes que no te pertenece, porque igual que tú tiene derechos e identidad propia. En este sentido, una relación sana es aquélla en la que las personas se sienten seguras, en confianza, cuidadas, valoran su autoestima, hay sinceridad, se muestran tal cual son y así se aceptan; no existe la necesidad de mentir y no se dominan”, añade la psicóloga.